En Macedonia, Yugoslavia, al terminar la segunda guerra mundial el nuevo régimen trabaja con ahínco en crear una gran clase proletaria en un país eminentemente rural. Los pastores son obligados a instalarse en las ciudades y, así, un buen día éstas amanecen blancas, invadidas por las cabras que los pastores se niegan a abandonar. Cuando las autoridades decretan el exterminio de las cabras no se dan cuenta de los problemas que causarán en la vida cotidiana de los ciudadanos.