La tradición forma parte de la atmósfera espiritual que nos permite ser quienes somos: la tradición es condición de humanidad.
La Tradición de la Iglesia se apoya en el sentido antropológico de la tradición y en sus relaciones específicas con la razón y el tiempo, y se presenta como la autoentrega de Dios a los hombres por medio de Cristo en su Iglesia. A partir de este sentido fundamental es posible ofrecer una respuesta actual a cuestiones clásicas de la teología de la tradición: su relación con la Escritura; la Tradición apostólica y las tradiciones eclesiales; el dogma, etc.