Historia de un «escribiente de tercera» panameño que, un día cualquiera, tras cobrar su sueldo y después de una serie de insignificantes vicisitudes domésticas, acaba la tarde escribiendo la celebrada obra maestra de la moderna poesía centroamericana: El Canto del Niño Virgen. Lo curioso es que, en sus cincuenta años de vida, Varamo "no había escrito un solo verso, ni se le había ocurrido ningún motivo para hacerlo".