Segunda entrega de los mejores relatos del autor, contiene los cuentos que dieron origen a las películas Screamers y El infiltrado, escritos entre 1952 y 1953, auténticas joyas literarias que destilan la magia propia de Dick y donde quedan patentes sus constantes obsesiones: la muerte, la alienación, la locura, la religión y la represión, y la naturaleza esquiva de la realidad.