Lila, de cuatro o cinco años, malvive en algún punto del Midwest de la década de 1920. Sobreviven uniéndose a una banda de trabajadores nómadas en busca de empleo mientras el país se sume en la Gran Depresión. Pasan los años y un día entra en una iglesia del poblado de Gilead, donde Lila y el reverendo Ames vivirán una historia de amor como un milagro repentino e inexplicable.