La personalidad del Padre Pío conmocionó a miles de personas. Un fraile que quiso pasar oculto por esta vida, entregado a Dios en la oración. Pero Dios irrumpió en su vida dándole dones extraordinarios como visiones, bilocaciones, curaciones, profecías y las famosas llagas y estigmas que se produjeron en su cuerpo. Estos acontecimientos, con informaciones tendenciosas y circunstancias complejas de por medio, dieron lugar a que el Padre Pío se viera envuelto en persecuciones por parte de autoridades eclesiásticas, de su propia Orden y civiles.