Esta novela, publicada en 1911, inaugura el ciclo barojiano de "El mar". Shanti Andía vive los últimos años de su vida en un pequeño pueblo del norte. Marinero retirado, rumia en tierra firme los momentos excitantes de la vida pasada. Sus amigos le animan a publicar sus andanzas. Aunque al comienzo de la narración Shanti se disculpa –"Soy un marinero poco culto"-, queda claro enseguida lo innecesario del alegato retórico: Baroja presenta al lector un texto apasionante y ameno, escrito con una prosa sencilla y directa, perfecta en ritmo.