En esta última parte de la trilogía Tiempos de leyenda, doña Juana debe sobreponerse al dolor por la muerte de su madre, Isabel la Católica, y sortear las intrigas que se desatan a su alrededor cuando es proclamada reina de Castilla. Deseosos de convertirla en un mero títere de sus intereses, su marido, Felipe el Hermoso, y su padre, el rey Fernando de Aragón, se lanzarán a un crudo enfrentamiento. En esta difícil situación, los nobles castellanos propagarán malintencionadamente los rumores sobre la «locura» de Juana.