Un título como La mente o la vida puede sugerir una dicotomía quizás excesivamente drástica, pues insinúa que ambas cosas (pensar y vivir) son incompatibles. Es cierto que esto no siempre es así, pero, por desgracia, para muchas personas acaba siendo una completa realidad. En ocasiones, nos enredamos de tal manera en nuestros pensamientos y juzgamos, valoramos e interpretamos tanto las cosas, que nos impide disfrutar de las satisfacciones mundanas y valorar cabalmente la magnitud de los sucesos desgraciados a los que todos estamos expuestos.