En el tercer libro de esta saga fantástica el protagonista, un muchacho volador, tiene la importante misión de salvar a su pueblo del asedio, por parte de los sanguinarios morghuks, a la fortaleza del Reino Perdido, donde han tenido que refugiarse para salvar la vida. A la vez, como solo él puede conseguir el remedio para evitar que muera la hija del amigo de su padre, debe recorrer lejanos y extraños parajes habitados por siniestros guerreros y bestias casi míticas.