James Thurber es uno de los mejores humoristas americanos. Cuando Harold Ross, recién incorporado al "The New Yorker", en 1927, le comentó al entonces joven colaborador James Thurber "todo el mundo cree dominar el inglés, pero nadie lo hace", poco podía imaginarse que estaba ante un escritor que iba a convertirse, al lado de nombres como Dorothy Parker o Truman Capote, en uno de los autores de referencia de la mítica revista neoyorkina.