Haffner divide sus memorias en tres partes: en el Prólogo, nos habla de su infancia en plena guerra, del efecto de la derrota, sobre todo en la juventud, y del ambiente de los años posteriores hasta el verano de 1932. En la segunda parte –La Revolución–, se detiene en el ascenso de Hitler al poder y en los cambios que van produciéndose en las leyes, en las costumbres y en la sociedad, con especial hincapié en los inicios del antisemitismo.