Fulton Sheen ha dedicado en este libro siete pequeños capítulos, destinados a los humanistas, a los pecadores, a los egoístas, a los intelectuales, a los modernos, a los sensacionalistas y a los pensadores. A cada uno de ellos, Jesucristo les dirige la palabra en el momento de su agonía y de su muerte, antesala de su gloriosa Resurrección.