Con fidelidad sobrecogedora, alexandr solzhenitsyn describe en archipiélago gulag el régimen de terror que imperaba en los campos de internamiento y de castigo soviéticos durante el pasado siglo xx. Gracias a su obstinación por restituir aquello que la Historia quiso borrar, solzhenitsyn devolvió la palabra a los 227 prisioneros que le brindaron sus testimonios directos y a los millones de personas 'a las que les faltó la vida para contar estas cosas', para dejar constancia de uno de los episodios más lúgubres de nuestro tiempo.