Una mosca atolondrada, ¡una mosquita de nada!, puede armar un gran problema de insólita solución.
¿Qué puede ocurrir cuando una mosca entra en un lugar de lo más inconveniente? ¡Un desastre total! ¿Y si cada intento de arreglarlo lo empeora? Gracia Iglesias nos cuenta lo que le ocurrió a su vecino, que se tragó por accidente una mosca. Como la mosca zumbaba en su estómago, decidió engullir una araña para atraparla. La araña no solo atrapó la mosca sino que además tejió una telaraña que hacía cosquillas al pobre hombre...