Cuesta comprender que un solo hombre revolucionara en los setenta y los ochenta el mundo de la informática (con Apple), en los noventa el de la animación (con Pixar) y en el 2000 el de la música digital (con el Ipod). No parece sorprendente que sean muchos los que le idolatren. Por otro lado, son muchas las anécdotas e historias que corren sobre su mal carácter y su fuerte temperamento. En la cabeza de Steve Jobs aborda el culto a la personalidad que rodea a Jobs, sacando a relucir el secreto de su incuestionable éxito.