Hijo de un comerciante londinense, Tomás Becket (1117-1170) se educó en un convento de frailes agustinos. Estudió Leyes en París. Ejerció como Archidiácono de la Catedral de Canterbury y de allí pasó a la Cancillería real. Jurista, administrador y caballero prestó grandes servicios al rey Enrique II.