Castrop es el protagonista de esta historia situada en el sanatorio de Davos, Suiza. A través de su historia el autor nos transmite los problemas espirituales y sociales de su época.
Un sanatorio de tuberculosos en la alta montaña es el escenario escogido por el autor para reflejar los acontecimientos que marcan profundamente a la sociedad europea del primer cuarto de siglo. Los personajes (inmersos en el tiempo, la enfermedad y la muerte) sintetizan las tendencias y contradicciones sociales y espirituales de la época, gracias a lo cual el autor consiguió un magnífico fresco.