Año 1746. Una niña presencia el asesinato de su madre y el encarcelamiento de su padre, acusado de practicar la masonería. Tal es el turbulento arranque de la historia de la pobre Beatriz Rosillón, en una España gobernada con instrasigencia por Fernando VI y controlada por la férrea ortodoxia de los jesuitas. En ese clima de inmovilismo, en Madrid comienzan a sucederse misteriosos crímenes que el poder achacará a una supuesta conspiración masónica.