Polémico, controvertido, amado y odiado a partes iguales, André Glucksmann ha sido sin duda uno de los más influyentes pensadores europeos de los últimos cincuenta años. Y éste es el último libro que escribió. Como si hubiera querido dejar un testamento a sus conciudadanos europeos, Glucksmann invoca la figura de Voltaire como faro para una Europa errática y asaltada por peligros que no sabe ni identificar.