Hoy todos conocemos la vacuna contra la covid-19, pero nadie se tomaba en serio a Katalin Karikó, la científica que la hizo posible, cuando empezó sus investigaciones. Igual que ella, los cazadores de microbios a lo largo de la historia se han enfrentado a menudo a la incomprensión y la indiferencia. Armados tan solo de curiosidad y una pasión feroz, se zambulleron en un mundo desconocido en busca de conocimiento y formas de vencer las enfermedades; algunos llegaron incluso a inocularse peligrosos virus para probar sus vacunas y sus curas.