Leonor de Aquitania es un persona casi de leyenda, pero hay un sólido fundamento para ello. Murió a los 82 años, ya en el siglo XIII, después de haber intervenido decisivamente en las intrigas reales de su tiempo, junto a su primer marido, el bueno de Luis VII de Francia, pero sobre todo del segundo, Enrique II Plantagenet, Rey de Inglaterra. Participó en la segunda cruzada. Como "disoluta y frivola", "fría y ambiciosa" o "política magistral" ha sido calificada. Y todo le cuadra porque, siendo una gran mujer, una luchadora sin descanso, no es una mujer ejemplar.