Jean de Florette es un jorobado culto y joven que con su esposa Aimée y su hija Manon se traslada a la finca en Provenza que ha recibido en herencia y se propone seguir allí una vida de contacto con la naturaleza y trabajo campesino.
La familia Soubeyran, lugareños, venían ambicionando esa finca para sus planes futuros y sellan y ocultan el manantial que la finca posee para intentar así desanimar a cualquier desconocido que pretenda asentarse allí.