Enero de 2024, 16:30

Hotel Aitana

Madrid

Febrero, 2016

La luz que no puedes ver

Doerr, Anthony

Historia en paralelo de dos personas que, en un determinado momento se encuentran. Una es Marie-Laure, una chica ciega que vive en Paris con su padre, que trabaja en el Museo de Historia Natural como responsable de las cerraduras. Cuando los nazis ocupan Paris, padre e hija se marchan a Saint-Malo, llevándose con ellos la que podría ser la pieza más valiosa del Museo.

Comentarios

Imagen de enc

No he conseguido que me interese la novela. Llevas cientos de páginas leídas y todavía no sabes por dónde va. No digo que los personajes no sean interesantes e incluso el relato, pero es demasiado lenta. Diálogos y más diálogos.

Imagen de Peregrino

Obra sobre los horrores de la guerra, muy bien escrita y, hasta cierto punto, delicada a la hora de describirlos. Resalta la bondad de algunos personajes y parece que el amor va a triunfar sobre la barbarie, pero al final el autor, deliberadamente, deja ganar la fatalidad.

El resultado es un libro bien escrito pero amargo y sin sentido.

La técnica de utilizar capítulos cortos es interesante pero abusa de ella.

Imagen de Pipa

Original obra enmarcada en la 2ª Guerra Mundial.

Doerr, de forma magistral, juega con el tiempo. La narración no es lineal y, por ello, te vas metiendo en la historia a medida que avanza en su lectura, que va hacia adelante y hacia atrás, hasta lograr emocionarte con sus protagonistas.

Marie-Laure es una adolescente ciega que vive con su padre en París. Su padre trabaja y se ocupa con esmero de ella. Aprende el lenguaje Braille. Y le encarga libros de Julio Verne para que practique. Ella se siente segura con su padre. Cuando los nazis ocupan la capital, huyen a Saint Malo, a casa de un tío abuelo, Etienne, que –dicen- está loco desde la 1ª Guerra Mundial.

Es interesante ese paralelismo que el autor provoca entra la historia de Julio Verne que ella lee siempre que puede, y lo que está ocurriendo en la realidad.

Werner es un adolescente alemán que crece en un orfanato con su hermana pequeña Jutta en una pobreza extrema, aunque no carente de cariño. Es muy aficionado a las radios y las maneja bien, sabe arreglarlas enseguida. Todos los muchachos del orfanato están obligados a trabajar en la mina de carbón a partir de los quince años. Allí fue donde murió el padre de Werner. Por eso él ve una liberación al ser seleccionado para entrar en la Escuela de Tecnología de Berlín, dado su talento para la electrónica. Un talento del que se aprovechan las Juventudes Hitlerianas. No sabía lo que le esperaba.

Lo dramático de esta obra, en la que se van alternando los capítulos: unos centrados en Marie-Laure, y otro en Werner, aunque contados sin regodeo en lo trágico, no exenta de escenas duras, es cómo se puede  justificar la maldad cuando se ambiciona un objetivo fuera de lugar, guiados por un desquiciado (Hitler), orgulloso y que es capaz de inflar de ese orgullo al resto del personal bajo su bandera.

Pero, para Werner, lo bueno es la aparición en el último rincón del alma, a través de los recuerdos desvaídos de la infancia, la voz de una mínima conciencia ética. “Algo me dice que no estoy haciendo bien”, que esto es una barbaridad…” Hay resquicio para un punto de luz, de verdad, de amor.

La dureza de vida durante la Guerra se palia sintiéndote útil, pero esto no quita que sus personajes queden tocados por el dolor, la injusticia, o la fortaleza (si pueden, salen adelante) y por la desconfianza. En la Guerra sale lo mejor y lo peor de cada persona.

Los capítulos últimos dan un gran salto en el tiempo, y nos traen a la actualidad. ¿Qué fue de aquellos personajes? Una realidad esperanzadora, no carente de dolor que han superado con dignidad. Marie-Laure tiene un hijo maravilloso. Tuvo dos amantes (p. 634), pero ella ha crecido como persona y en su trabajo, superando todas las barreras e limitaciones que la vida le fue presentando. Una historia de superación positiva, con sus luces y sus sombras. Muy bien contado, te adentras en los personajes, su entorno y sus pensamientos, sus sentimientos.

Creo que es una novela muy buena, no carente de las influencias del origen de los personajes: el racionalismo francés, a la vez que su poesía, y su delicadeza. Y el extremismo ideológico de la Alemania hitleriana. En ambos casos, sin grandes trascendencias.

Imagen de acabrero

Teniendo presenta las observaciones de Coré, de José Ignacio y de fcrosas, y también comentarios de paso de varias personas a quienes se lo habían recomendado –pero que aún no lo han leído- me puse a leer esta novela. Un premio Pulitzer algo debe tener, aun cuando mi suspicacia habitual de los premios que se conceden en España, me hace dudar. 

La trama es interesante, original y un modo distinto de adentrarte en los horrores de la guerra. Los personajes adultos, que podríamos llamar secundarios en esta historia, me parecen mejores que los jóvenes. Madame Manec y frau Elena tienen una personalidad ejemplar y saben ser madres, cuando falta la madre. El cambio que se produce en Etienne es también interesante.

Creo que se puede decir que los protagonistas, los jóvenes, Marie-Laure y Werner, tienen poco fondo, aun cuando estén presentes constantemente en la novela. Werner es un muchacho listo y despierto, con una especial habilidad para las transmisiones, pero no hay nada más de él. Marie-Laure nos enseña la distinta perspectiva de la vida de un invidente, e introduce una perspectiva interesante para el lector, pero no tiene fondo.

La técnica de capítulos cortísimos me parece agotadora, tengo la impresión de que es una manera de engordar libros y no creo que sea el medio para formar lectores. Parece un tebeo. Y muchos de esos mini capítulos son innecesarios.

Al final queda el tono triste de una historia dura e intrascendente, sin esperanza, sin una visión de Dios, sin moral, muy a la medida de los tiempos que corren ahora, pero seguramente no en los años 40. Leer artículo...

Imagen de José Ignacio Peláez Albendea

Premio Pulitzer de ficción 2015. Best-seller, que ha vendido más de dos millones de ejemplares.

Ambientada en la Segunda Guerra Mundial, narra en paralelo dos historias que acaban encontrándose. La infancia y adolescencia de Werner, huérfano acogido en un orfanato con su hermana Jutta, de una ciudad alemana, que es seleccionado para estudiar en una escuela de formación de jóvenes nazis; Werner posee unas excepcionales cualidades para fabricar radiotransmisores. Y Marie Clarie, joven ciega, hija de uno de los conservadores del Museo de Ciencias Naturales de París. La narración va de uno a otro en capítulos alternos, hasta que convergen, ya muy avanzada la guerra, en la ciudad francesa de Saint Malo.

La trama de la novela está bien construida y capta el interés. Los personajes que aparecen son creíbles y tienen vigor. Se echa en falta, en medio de la tragedia de la segunda guerra mundial, algún recurso a Dios por parte de los personajes, pues por su formación cristiana, habría sido lógico: es una carencia. La última parte de la novela, en mi opinión, decae un poco.

El autor, natural de Estados Unidos, ha sido muy premiado con importantes galardones, como el O´Henry de relatos cortos, y otros.

Imagen de fcrosas

Sin ser una obra de tomo y lomo, de las llamadas a perdurar, resulta amena y conmovedora. El entrelazamiento de los asuntos bélico y amoroso, así como el de las dos subtramas, están hechos con habilidad. Es una novela bastante redonda, que no dudo en recomendar. No le faltan pasajes líricos bastante bien logrados.

Imagen de Coré

Novela que llega con el anuncio de que ha conseguido el premio Pulitzer 2015 y que defrauda porque le falta la profundidad y "humanidad" propia de la literatura. Parece una historia fabricada para lograr una apariencia de libro de acción, en la que se omite cualquier referencia a una realidad trascendente, algo extraño en un ambiente de peligro y violencia extrema como es una guerra.