Enero de 2024, 16:30
Hotel Aitana
Madrid
Tamara Petkévich gozó de una infancia privilegiada en la hermosa aunque empobrecida Petrogrado de los primeros años del régimen soviético, en el seno de una familia de convicciones revolucionarias afiliada al Partido Comunista Bolchevique.
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Estas memorias se pueden
Estas memorias se pueden equiparar a otros textos sobre el terror del comunismo soviético tan destacados como los de Shalamov, Solzhenitsyn o Eugenia Ginzburg, entre otros. Obras colosales e imprescindibles para conocer una de las más grandes tragedias padecidas por millones de víctimas. Con la caída en desgracia de su padre, un revolucionario bolchevique convencido, la via de Tamara, a los diecisiete años, se convierte en una pesadilla interminable: arresto, interrogatorios, traiciones, condena a siete años de trabajos forzados en diversos gulags. Lo perdió todo, familia, hijo, desarrolló tareas muy variadas, pensó en el suicidio, pero sobrevivió por su valentía y porque allí se preparó como actriz con la ayuda de otros artistas, escritores y pensadores condenados como ella, con los que representaba obras en diversos campos de concentración. En contraste con el sufrimiento, las injusticias y la traiciones, nos ofrece también un buen número de conductas ejemplares, de personas de muy variada condición, solidarias, misericordiosas, dignas. Un testimonio memorable que merece la pena conocer. Que su extensión no retraiga a los lectores. Luis Ramoneda