Moderadora: Lilian González Fajardo
6 de noviembre 2017
La historia comienza en los úlitmos años del siglo XVII, cuando están empezando a germinar los brotes de la Revolución Francesa. En medio de tremendas injusticias y abusos por parte de la nobleza, los campesinos y artesanos toman buena nota de las injurias, conocedores de que el tiempo de la venganza está cerca.
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Es sabido que Dickens
Es sabido que Dickens publicaba sus novelas por entregas semanales o mensuales, por ello tenía que elegir argumentos que captasen y mentuviesen la atención de los lectores. En 1859 comienza la publicación de la "Historia de dos ciudades" -Londres y París- referida a la Revolución francesa.
Un médico, el doctor Manette, ha sido testigo de los crímenes cometidos por dos nobles franceses. Lo denuncia y el resultado es que él mismo resulta encarcelado por tiempo indefinido. Pasan los años y su hija Luisa, residente en Inglaterra, es informada de que su padre no ha muerto como ella pensaba, sino que ha estado en la Bastilla y ha perdido la razón. Con la ayuda de colaboradores británicos viaja a Francia para rescatar al Doctor y llevarle consigo a las islas.
Se inicia la Revolución francesa y Luisa ha contraido matrimonio con Carlos Darnay, un francés profesor en Cambridge. Esta vez es Carlos el que quiere viajar al Continente para testificar a favor del administrador de su padre, que va a ser juzgado. Nada más poner el pie en Francia es detenido y acusado de ser un emigrante político e hijo de un noble. Ahora es él quien corre el riesgo de ser ejecutado. Dickens refleja el odio que mueve a los revolucionarios, pero lo justifica en base a los sufrimientos que habían padecido bajo el Antiguo Régimen.
Sabemos que el autor se especializa en dibujar sujetos de ínfima categoría. Nos presenta al matrimonio Defarge, conspiradores y dueños de una taberna miserable cerca de París. Están dispuestos a cooperar en la caida del Rey y la nobleza. En Gran Bretaña es Jeremías "el Lapa", portero de la Banca Tellson y profanador de tumbas en sus ratos libres. Es servil en su puesto de trabajo, pero tirano y maltratador en su casa. Por último tenemos al Doctor Manette con su razón perdida y luego recuperada. Son personajes secundarios, pero los más conspicuos de la novela.
No es la obra mejor de Dickens. Es breve y le falta continuidad y orden en ciertas escenas y personajes. Una novela de entretenimiento, cuya única cualidad es acercarnos al ambiente histórico de la Revolución francesa y, si lo pensamos bien, de todas las revoluciones. Todas ellas se resumen en cortarle el cuello al vecino que molesta.
El autor tiene una intención, hablar de la revolución francesa, para justificarla y denigrarla. Quiere hacer ver que la situación social en Francia era insostenible y era posible cualquier cosa. En este sentido es un tanto partidista pues pretende que en Inglaterra todo era mejor. Pero una vez que explica por qué hubo revolución el paso siguiente es denigrarla, hacer ver que toda revolución es un desastre. Este es el tema de la novela. Lo demás es una historieta con unos personajes no demasiado creíbles, pues los buenos son buenísimos y los malos malísimos. Todo esto unido a la capacidad de descripción de Dickens hace una novela entretenida que sitúa muy bien en un momento histórico de gran importancia.
La lectura de "Historia de dos ciudades" me hace pensar en lo que los seres humanos somos capaces de hacer cuando la ceguera del fanatismo nos arrastra. Este libro tendrá muchas más cosas reseñables, pero siempre resaltaré su aportación para que nadie pueda justificar la violencia como el camino para lograr un mundo más justo y humano.
Cuenta la historia de un noble inglés que se ve enredado en las persecuciones de la Francia revolucionaria. Después de la toma de la Bastilla, el terror hace funcionar la guillotina para ajusticiar a los enemigos del pueblo, reales o inventados. En medio, una historia de amor, unos agentes, unos nobles y muchos revolucionarios sedientos de sangre. Emocionante, con suspense y algo de morbo. Triunfa el bien.
Es una novela fantástica, de lo mejor que he leído. La majestuosidad con que el autor va presentando a cada personaje y cómo incoa cada situación a modo de profecía en un genial lenguaje figurado, es estupendo. El ambiente que se respira, las emociones que se tienen, el amor, el odio, la amistad, la conversión, la valentía; todo en esta gran obra. Recomiendo vivamente que se lea esta novela en su idioma original (inglés) para no perder nada del mensaje, ni del estilo literario de Dickens.
No es lo mejor de Dickens. El relato está bien construido, hay intriga, los personajes nos resultan amables o repulsivos, según su catadura moral... pero la visión que Dickens ofrece de la Revolución francesa, a medio camino entre el aristocratismo y liberalismo burgués, lastra esta novela histórica.