Moderador: Gabriel Rodríguez Pazos
Universidad Villanueva. Costa Brava 6, Madrid.
Cuarto miércoles de mes, a la hora del almuerzo.
Una historia sorprendente. De nuevo el desconcierto de África. Seguramente a mucha gente que lea este libro le ocurra que se admire de lo poco que comúnmente sabemos sobre este continente y sobre algunos países, como es el caso aquí de Sudán. Pensar que esos acontecimientos están ocurriendo ahora pone los pelos de punta. En la historia de Lomong suceden anécdotas que quedan grabadas en la memoria del lector.
Las tremendas diferencias existentes entre los modos de vida de Occidente, en concreto Norteamérica, y África, son desconcertantes. El empeño del protagonista por vivir una vida dirigida a buscar soluciones a semejantes diferencias sociales es emocionante. El libro es de gran interés para un público general, quizá de modo especial para jóvenes, y desde luego muy atrayente para deportistas.
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Apasionante y emotivo
Apasionante y emotivo testimonio de López Lomong que siendo secuestrado con seis años para ser niño soldado en Sudan consigue, por diversos avatares, llegar a ser abanderado de Estados Unidos en las Olimpiadas de Pekín.
Una historia sorprendente. De
Una historia sorprendente. De nuevo el desconcierto de África. Seguramente a mucha gente que lea este libro le ocurra que se admire de lo poco que comúnmente sabemos sobre este continente y sobre algunos países, como es el caso aquí de Sudán. Pensar que esos acontecimientos están ocurriendo ahora pone los pelos de punta. En la historia de Lomong suceden anécdotas que quedan grabadas en la memoria del lector. Las tremendas diferencias existentes entre los modos de vida de Occidente, en concreto Norteamérica, y África, son desconcertantes. El empeño del protagonista por vivir una vida dirigida a buscar soluciones a semejantes diferencias sociales es emocionante. El libro es de gran interés para un público general, quizá de modo especial para jóvenes, y desde luego muy atrayente para deportistas. Leer artículo 1 >>, leer artículo 2 >>
El gran milagro de los libros es que nos permiten vivir de manera vicaria experiencias que difícilmente alcanzaríamos de otro modo. Correr para vivir embarca al lector en la increíble aventura de Lopez Lomong, un niño al que estuvieron a punto de convertir en soldado en Sudán —carne de cañón de una guerra fratricida—, y al que, sin embargo, la Providencia —Lopez cree en la Providencia, yo creo en la Providencia— quiso darle una vida nueva que sirviera para remover las conciencias de muchos.
Correr para vivir es un relato autobiográfico, contado desde una mirada limpia, casi ingenua, y tiene toda la fuerza de una pintura naíf. La historia comienza el domingo en que unos soldados rebeldes detienen sus camiones delante de la iglesia de campaña donde se estaba celebrando la misa, irrumpen en la celebración y se llevan a todos los niños y niñas que allí había. A Lopez lo arrancan de los brazos de su madre. Tenía seis años. Aquel día se había acabado su infancia. Siguen los horrores del campamento rebelde, la muerte de muchos de sus compañeros, la huida, nueve años en un campo de refugiados de Kenia y el comienzo de una nueva vida en una familia de acogida en un pueblecito del estado de Nueva York. Y durante todo ese tiempo, correr y correr, correr tras el sueño de llegar a ser atleta olímpico y defender los colores del país que le permitió volver a nacer. Sin desvelar detalles, sí diré que el sueño se hizo realidad y que continúa, y que Lopez es actualmente un atleta de élite habitual en el equipo nacional de Estados Unidos.
El libro gustará a los aficionados al atletismo, sin duda; y la descripción que se hace de una carrera de 1500, vuelta a vuelta, les pondrá la piel de gallina. Pero el libro es mucho más que atletismo. El libro son las cosas que damos por supuestas, sin pararnos a pensar en lo afortunados que somos. Y al llegar a la última página, del corazón y de la boca sale una única palabra: «Gracias».