Moderador: Gabriel Rodríguez Pazos
Universidad Villanueva. Costa Brava 6, Madrid.
Cuarto miércoles de mes, a la hora del almuerzo.
Yotán puede ser diferente, pero a través de él llegamos a contemplar a Jesús, y al propio Yotán, no solo con los ojos, sino también el corazón. Novela ganadora del Premio Tuscany de Ficción Católica 2012. El manuscrito de El libro de Yotán estuvo acumulando polvo durante 23 años en un cajón del escritorio del autor.
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Me ha sorprendido la
Me ha sorprendido la sencillez y la fuerza con la que se describe la historia de un chaval deficiente en la época de Jesús. Se ha calificado como un libro poético en prosa y coincido. Uno puede imaginar la vida de un deficiente como se hace en el libro, pero aporto una clave para quien quiera leerlo de otro modo: si ante la sabiduría divina somos muy poca cosa, vive lo que se describe como si tú fueses el deficiente.
Una historia de ficción
Una historia de ficción religiosa, sencilla y sin otras pretensiones que plantear el insondable misterio del mal y por qué Dios permite la discapacidad; a la vez que manifiesta la consideración de esas personas que la sufren como gratísimas a Él, y que el principal y único obstáculo para su aceptación y amistad es el pecado. No es un estudio con pretensiones teológicas, ni ofrece soluciones, sencillamente plantea la cuestión.
La narración está entretejida de diálogos cortantes, muy básicos, que además de no dificultar la claridad del contenido, lo manifiesta con cierta candidez.
~~Un relato diferente para
~~Un relato diferente para acercarnos a la figura de Jesús, de María y de los Apóstoles a través de los ojos de Yotán, un discapacitado mental que se une a los discípulos y comparte con ellos la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
Desde el punto de vista formal, uno de los grandes aciertos de este relato es la voz del narrador: escrito en segunda persona del singular (“Andas por el camino y ves tus pies avanzar por el sendero de arena. Arriba y abajo, caminan tus pies”), el lector ve y siente la realidad exclusivamente a través de los ojos del protagonista. Así pues, nos encontramos con un discurso altamente focalizado por un punto de vista poco frecuente en el género narrativo actual, especialmente si pensamos que abarca todo el discurso de la obra.
Sin embargo, la narración en segunda persona se utilizó con bastante insistencia en la literatura popular (en los cuentos tradicionales, en los poemas épicos y en los romances), probablemente como herencia del carácter oral de este tipo de narración. Se ha denominado también “segunda persona de implicación” porque intenta que el lector se involucre directamente con la acción; en este libro, además, puede ser una perspectiva necesaria para presentar los hechos como los percibe Yotán, para ver y sentir como el personaje, porque sobre todo se trata de un relato de sensaciones: de luz u oscuridad, de calidez o frío. Quizá la enorme profundidad de su mensaje no se hubiera podido transmitir de otra manera.
No estoy seguro de si merece
No estoy seguro de si merece la pena leer antes la “Nota del autor” que figura al final del libro, a modo de epilogo, porque la aclaración sobre el origen del libro me ha parecido luminosa. Este pequeño libro requiere por parte del lector meterse en el personaje, en Yotán. No es una cuestión fácil porque es un enfermo mental, y qué es lo que piensa o tiene en la cabeza una persona enferma de la mente supongo que no hay nadie dispuesto a explicárnoslo. La breve exposición vital de Arthur Powers da luz. Hace entender al lector cual es la pretensión del autor. Es una pretensión que se supone, pero quizá, en un libro tan breve, hay poco tiempo para hacerse cargo de la situación. Todavía no lo he hecho, pero me quedo con las ganas de releerlo, cambiando la curiosidad por la contemplación. ¡Cuánto bien puede hacer a personas con dificultades, no solo de nacimiento sino de edad! ¡Cuánto bien nos hace a todos pensar que, al lado de Dios, nuestro entendimiento es minúsculo!
Esta pequeña joya fue
Esta pequeña joya fue concebida en 1979 por su autor, quien concluyó su redacción al cabo de diez años y presentó el manuscrito veintitrés años después al concurso literario de una editorial norteamericana, consiguiendo el primer premio. El libro de Yotán nació de la profunda inquietud que a Arthur Powers —un brillante graduado en derecho por la Universidad de Harvard— le produjo «el asunto de las personas con discapacidad mental y su papel en el plan de Dios». El propio Powers nos habla, en una extensa nota al final del libro, del racionalismo agnóstico en el que vivió hasta que fue bautizado a los 29 años en la Iglesia Católica: «Me lo tenía muy creído, era muy arrogante y, como hubiera dicho mi madre, me consideraba la repanocha». El contacto en Brasil con personas de fe, la relación con el mundo de la discapacidad mental, el alzhéimer de su abuela y la constatación, en definitiva, de que nuestra inteligencia —en la que él había sustentado su identidad, su sentido del valor— es algo sumamente frágil hacen que Arthur Powers se cuestione su particular concepción del yo. Este interrogante constituyó el centro de su oración hasta que recibió una respuesta, «aunque no fue una respuesta propiamente dicha, sino que, como acostumbra a hacer, Dios me respondió con una historia: El libro de Yotán».
Yotán es un muchacho con discapacidad contemporáneo de Jesucristo. Al morir su madre, Yotán vaga solo por las calles hasta que se une al grupo de los seguidores de Jesús. El relato nos transporta a distintas escenas del Evangelio, cuyo colofón son la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor y la venida del Espíritu Santo. María Magdalena, Pedro, Tomás, Judas, la Virgen María, el propio Jesús… desfilan por el texto y se definen por su relación con Yotán. La peculiar —y asombrosa— fuerza narrativa de esta obrita reside en el hecho de que está escrita en segunda persona: el lector es testigo de lo que sucede a través de los ojos y la mente de Yotán, y contempla los hechos mediante un impresionista cúmulo de sensaciones que se suceden sin una aparente trabazón lógica. Todo ello, muy bien escrito: El libro de Yotán es una especie de gran poema en prosa con un ritmo y una calidad que no defraudará a los amantes de la buena literatura.
En estos tiempos paradójicos en que hay quienes cuestionan el derecho a la vida de los niños con malformaciones, la historia de Yotán no deja indiferente al lector. Le interpela y le acerca al mundo de la discapacidad con los ojos de Dios. Con el corazón de Dios.