Castellano de nacimiento y perteneció a la escuela salmantina. Fue hombre de armas, general en Flandes y guerrero que acompaño al monarca portugués don Sebastián en la reyerta de Alcazarquivir, perdiendo allí heroicamente la vida.
Gran humanista, prototipo del renacimiento español. Poseía gran fuerza expresiva y una fuerte pasión por todo y en todo lo que emprendía, incluyendo la poesía sobre todo bajo el símbolo patriótico.
Si bien se le considera como poeta consumado, su espíritu, firmeza moral y fe se ensalzan de una manera particular en su famosa Carta para Arias Montano, en donde muestra un neoplatonismo claramente expuesto en lo místico y lindando todo ello en un vital dramatismo.