Primer libro de su Santidad el Papa Benedicto XVI con el que inicia una trilogía sobre la figura de Jesús de Nazaret. En él intenta presentar al Jesús de los Evangelios como el Jesús real, como el "Jesús histórico" en sentido propio y verdadero, en palabras del propio Benedicto XVI.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2007 | La esfera de los libros |
484 |
978-84-9734-636 |
Título original:Jesus von Nazareth-Von der Taufe im Jordam bis zur Verklärung. |
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Esto no pretende ser una reseña; solo una especie de pensamiento en voz alta para muchas personas que, como yo, creen que es un libro para teólogos y doctores en la materia. Desde luego no creo que se pueda decir que es una obra "ligera" que se lee de corrido, pero tampoco es un campo "vedado" para los de a pié. Soy de ciencias, y mayor. Me animaron a leer este libro y estoy más que satisfecho de haberlo leido; eso sí, con lectura pausada y en pequeñas dosis. Es impresionante lo que nos descubre Benedicto XVI. Su método me anonada pues se hace preguntas que parece que con ellas se mete en la boca del lobo y parece que "tira piedras contra su propio tejado" para, luego, hacer el contra-argumento o contra-pregunta y situar más alta, brillante y rotunda la tesis que defiende.
Para hacer una reseña sobre "Jesús de Nazaret", de Benedicto XVI, nada mejor que empezar reproduciendo las palabras del Pontífice en el Prólogo. Dice así: "Este libro sobre Jesús, cuya primera parte se publica ahora, es fruto de un largo camino interior. En mis tiempos de juventud -años treinta y cuarenta- había toda una serie de obras fascinantes sobre Jesús (aquí el Pontífice cita a distintos autores). En ellas se presentaba la figura de Jesús a partir de los Evangelios: cómo vivió en la tierra y cómo -aun siendo verdaderamente hombre- llevó al mismo tiempo a los hombres a Dios, con el cual era uno en cuanto Hijo. En los años cincuenta comenzó a cambiar la situación. La grieta entre el "Jesús histórico" y el "Cristo de la fe" se hizo cada vez más profunda; a ojos vista se alejaban el uno del otro". El Pontífice explica el porqué de este alejamiento: "Los avances de la investigación histórico-crítica llevaron a distinciones cada vez más sutiles (...) la figura de Jesús en la que se basa la fe era cada vez más nebulosa, se iba perdiendo su perfil (...), desde el revolucionario antirromano que lucha por derrocar a los poderes establecidos y naturalmente fracasa, hasta el moralista benigno que todo lo aprueba y que, incomprensiblemente, termina por causar su propia ruina". Benedicto XVI centra la cuestión en la aplicación de un método para interpretar las Sagradas Escrituras: el método histórico-crítico, exégesis científica o exégesis moderna, que de las tres formas se denomina en el texto. No explica en qué consiste ese método aunque ello se deduce de la lectura del libro. Consiste en aplicar los conocimientos que nos proporcionan las ciencias sociales: lingüística, arqueología, historia, búsqueda de las fuentes e incluso el estudio comparado de las religiones a fin de alcanzar una mejor comprensión del texto revelado. El Concilio Vaticano II, en la Constitución Dei Verbum, alabó a todos cuantos se dedican a comprender cada vez más profundamente la Escritura, ahora bien añade: "Según el sentir de la Iglesia" y "bajo la vigilancia del Magisterio". Es por ello por lo que Benedicto XVI afirma que "este libro no está escrito en contra de la exégesis moderna, sino con sumo agradecimiento por lo mucho que nos ha aportado y nos aporta"; pero también añade: "A partir de resultados aparentes de la exégesis científica se han escrito los peores y más destructivos libros de la figura de Jesús, que desmantelan la fe" (pag. 60). El Pontífice explica los límites a los que está sujeto el método histórico-crítico y deja claro que es a través de la fe en el Hijo de Dios, Verbo encarnado, como se alcanza el sentido último de las Sagradas Escrituras; no es la ciencia la que proporciona la fe. Aunque el Pontífice señala que el libro no es un acto del Magisterio, no cabe la menor duda que encaja en el ministerio de Pedro confirmar la fe de sus hermanos y ahuyentar a los lobos que quieren deshacer el rebaño separándolo de Cristo. Ciertas partes del libro dirigidas a refutar exégesis erróneas pueden resultar arduas para el lector o parecerle más propias de teólogos, no obstante, detrás de consideraciones históricas, linguísticas o de otro tipo sentimos vibrar la Persona y la presencia de Jesús.
Esta primera parte de la visión de Jesús de Nazaret, expresa la preocupación central del Pontificado de Benedicto XVI. Volver a centrar todo en Cristo para enamorarse de El. Conviene empezar por el capítulo quinto, sobre la oración de Jesús, para enmarcar y dirigir bien toda la lectura de esta obra.
Tiene la profundidad de todos
Tiene la profundidad de todos los libros de Ratzinger. Es un libro de teología, para todos los públicos, siempre y cuando se lea despacio, meditando cada frase. Sugerente como todos sus escritos, al leerlo se tiene la impresión de estar redescubriendo el evangelio. Este tomo abarca desde el Bautismo del Señor hasta la Transfiguración. En el prólogo el Papa advierte que si Dios le da vida querría seguir con un segundo tomo sobre la infancia de Jesús. Y suponemos que, si Dios quiere, el tercero contendrá la Pasión y Resurrección. En contraste con todas las frivolidades que se permiten unos cuantos escritores de medio pelo que van descubriendo datos asombrosos de la vida de Jesús, el libro de Ratzinger recoge la visión de un hombre que ha meditado minuciosamente en los datos que nos aportan los evangelistas, y también en otros datos históricos relevantes. Al leerlo -en italiano fue publicado hace ya meses- he tenido la impresión de encontrarme con la obra maestra de un teólogo que lo ha escrito todo, que tiene decenas de libros publicados, como el culmen de su vida de estudio sobre Jesucristo. Leer artículo >>