Una trama detectivesca en la Venecia barroca y contemporánea. Una partitura en clave, atribuida a Vivaldi, es la llave de este enigma.
Por qué las rarezas del genial compositor veneciano Antonio Vivaldi llamaron la atención de sus contemporáneos y a lo largo del tiempo han hecho correr ríos de tinta? Antes de morir, el cura rojo, nombre con el que se le conoce en alusión al color de su pelo, dejará un extraño documento que contiene un terrible secreto que confiará a una secta denominada Fraternitas Charitatis, a la que perteneció Vivaldi, encargada de custodiar saberes ocultos y peligrosos. ¿Qué esconde el misterio que dejó Vivaldi? ¿Qué hay detrás del llamado enigma del cura rojo? La presencia de un músico español, devoto de Vivaldi, en Venecia casi tres siglos después para realizar ciertas investigaciones sobre el compositor logrará despertar la ambición de poderosas organizaciones.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2005 | Plaza y Janés |
386 |
84-9062-426-5 |
Edición de bolsillo de una obra que desdice de Peter Harris. Parece un canto a los partidario del New Age |
Comentarios
En principio, una novela que puede parecer muy " light" a lectores que se fijen poco de lo dicho entre líneas, pero ni mucho menos. La trivialidad de la sensualidad está latente y, a veces, expresa; y lo peor es que toda la obra está en función de un desenlace, bastante pobre por cierto, que hace planear una negra sombra de sospecha sobre la Iglesia Católica, solo porque sí,de forma ridícula, con una frivolidad en sus conclusiones y falta de conocimentos en los contenidos que desdice bastante de este autor. No necesitaba de esto para vender. Mejor es emplear el tiempo en la lectura de otra obra. A mayor abundamiento, hago míos los comentarios de "aita" en la Reseña anterior.
Se trata de una novela histórica enmarcada en Venecia. El tono es sensual, con escenas molestas que no vienen al caso. Contiene un ataque directo a la Iglesia católica. Pues el enigma que desvela está en la línea del Código da Vinci de Dan Browm: Jesucristo no sería Dios, la Sagrada Escritura sería falsa y la Iglesia Católica una gran farsa. Demasiadas páginas para intentar dar un mensaje tan ridículo como mal fundamentado. Baste con decir que la organización secreta presuntamente encargada de custodiar el enigma se denomina Fraternitas Charitatis y comenzó un siglo antes de Cristo. Desde luego hay que saber poca historia para inventar ese nombre y situarlo en una época en que no existía la palabra caridad (charitas) y menos hermanada (fraternitas)