No hay dolor tan grande que no pueda curar el amor. Nathan Hurst detestaba la Navidad. Para el resto del mundo era un día de alegría y celebración; pero a él sólo le servía para recordar el terrible acontecimiento que había destruido su niñez. Hasta que una tormenta de nieve, la cancelación de un vuelo y un encuentro inesperado con una joven madre y su hijo, un niño con un don muy especial, le demostrarían que la Navidad es, en efecto, la época de los milagros.
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340 páginas que se leen muy rápido. Una novela de buenos sentimientos, con muchos elementos originales en su inicio y desarrollo pero previsible en su final.