La estrategia del agua

El brigada Bevilacqua está quemado con su trabajo en la Guardia Civil. Después de diez años de investigación ha resuelto un asesinato y conseguido que su autor sea extraditado desde Europa del Este, pero la Justicia española lo ha absuelto por falta de pruebas. El brigada opina que un sistema garantista y la pereza de los magistrados trabajan a favor de los delincuentes. A ello se une que la víctima era un ciudadano común, un don nadie que deja viuda e hijos. Vila necesita un caso que le devuelva la fe en su trabajo y lo encuentra en un crimen que semeja un ajuste de cuentas entre traficantes.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2010 Destino, S.A.
380
2011 Booket
432
978-84-233-4322
  • Encuadernación: Bolsillo
  • Colección: Crimen y Misterio
Valoración CDL
3
Valoración Socios
3.555556
Average: 3.6 (9 votes)
Interpretación
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9 valoraciones

Comentarios

Imagen de guileto

Buena novela. Bien escrita con dominio del idioma, del género, de los carácteres humanos y bien documentada tanto en el mundo de los bajos fondos como en la actividad de la Guardia Civil, como en los conflictos entre las fuerzas de seguridad del estado y la sistuación social, jurídica, etc en que se ambienta. Quizá algunos diálogos son algo inverosímiles, por largos y complejos -licencias novelescas-. También causa cierta extrañeza la formación cultural de un suboficial de la GC, pero todo es posible. Tiene un fondo de pesimismo, los personajes no tienen nada a qué agarrarse, sólo restos de cosas en las que han créido como la familia, las instituciones, su trabajo, etc pero que se les han ido desmoronando y defraudando con el paso del tiempo. No hay ninguna referencia trascendental. Quizá se pueda decir que es simple reflejo de "lo que hay" en la sociedad, aunque personalmente pienso que hay más.

Imagen de Porto

Una nueva novela de LS, con unos personajes que ya nos son conocidos: el brigada Vila y la sargento Chamorro y en este caso el novato Arnau, blanco de todas las bromas de Vila y que poco a poco se irá ganando la confianza del brigada por sus equilibradas decisiones.
Vila está muy descontento con una decisión judicial, poco justa con la que ha culminado un trabajo de muchos meses. La crisis va a superarse con un nuevo caso al que un un principio se niega a entrar a fondo. Un nuevo asesinato que parece el «trabajo» de un profesional, lo que se antoja desmesurado dada la poca trascendencia de la víctima, que tiene algunos antecedentes menores por tráfico de drogas y violencia de género.
Parece que los problemas en la vida de Óscar, aparte de sus roces con la justicia, se limitan a su divorcio, mal llevado y con un hijo de por medio. Pero, ¿qué esconde la denuncia que pesaba sobre la víctima por malos tratos? ¿Y su detención por tráfico de drogas? ¿En qué oscuros asuntos estaba envuelto este hombre en apariencia tan poco peligroso?
Con el trasfondo de un Madrid con su riqueza de barrios muy bien descrito, se va desarrollando una novela sobre los claroscuros de las relaciones, sobre los errores y aciertos de los jueces, sobre los vericuetos de la moderna investigación policial, sobre las injusticias que provocan las leyes y sobre el mal, que a menudo está entre lo que tenemos más cerca, incluso entre lo que un día amamos.
La lectura es sencilla, fácil y amena ya que la novela está escrita con el oficio a que nos tiene acostumbrados su autor; además de su narración que mantiene constantemente la atención por la trama, se van tejiendo otros argumentos de la sociedad actual con un deje irónico y de acertada crítica: las injusticias de la Justicia, los ajustes de cuentas, las leyes sobre la violencia de género, las separaciones y divorcios con sus consecuencias, económicas, y sociales, los hijos de matrimonios divorciados, nuevas parejas, celos, drogas, violencia, etc.
Merece la pena leerla.

Imagen de acabrero

Muy entretenida. Los personajes de Lorenzo Silva son ya bien conocidos, pero no deja de sorprender su humanidad y sentido de la honradez. De un mundo como el del delito se podría esperar más sordidez, pero el relato es minucioso y realista, sin dejarse por efectismos baratos. El autor no engaña, pero la trama es muy rica en líneas colaterales. La crítica política me parece muy acertada. Está muy bien escrito, pero hay que contar con las zafiedades propias de un lenguaje cuartelero. Se muestra una sociedad española, y concretamente madrileña, totalmente actual, con una descripción desgarradora de la situación triste de tantas familias. Por los temas que se tocan, no la recomendaría a menores.

Imagen de Ran

De lo mejorcito que he leído en novela policiaca. Eso sí, muy mal hablada. Refleja, con visos de realidad, la actuación tanto de jueces como de policías, en este caso de la Guardia Civil.
El autor teje a partir de un aparente asesinato “vulgar” una trama muy bien llevada, con diálogos con sustancia y, hasta con golpes de humor muy conseguidos y repartidos a lo largo de la obra. Pero no queda aquí el interés del libro, resuelve bien, de modo consecuente y atando todos los cabos.
Además, Silva presenta una serie de personajes de carne y hueso, creíbles, con virtudes y defectos, junto con un análisis psicológico acertado.
Pero no queda aquí el interés de la obra; aprovecha las diversas visicitudes de la investigación policial para hacer una fina crítica a la sociedad actual. Se podrá estar de acuerdo o no con el punto de vista del autor, pero hay que concederle la lucidez y la oportunidad de los comentarios, que ayudan a dar consistencia a la trama.
Tenemos ante nosotros una excelente obra en su género, que no descuida la corrección literaria, que engancha al lector en un crescendo hasta el desenlace final, coronando un remate final positivo y acertado para concluir el relato.

Imagen de enc

Nos encontramos ante una novela policiaca, pero también ante una novela de tesis basada en hechos reales. El autor critica la situación de la justicia española; la aplicación de la Ley de Violencia de Género; el odio que se da en algunas parejas divorciadas, que lleva a las partes a utilizar a sus hijos como instrumento de agresión mutua; la dificultad de las mujeres para conciliar su vida profesional y privada -caso de la sargento Chamorro- y el desagrado que produce a las mujeres-policía ser vistas por sus compañeros como meros objetos sexuales; por último el desánimo que invade al ciudadano normal, sin más aspiración que ser feliz, ante el transcurso del tiempo, el egoísmo de la sociedad y las ilusiones rotas. El autor introduce también elementos positivos: Una juez que se toma su trabajo con responsabilidad y no es prepotente con los guardias; la solidaridad entre algunos miembros del Cuerpo y, por último, la existencia de personas normales; ésas que a pesar de no haber tenido suerte en la vida quieren a sus hijos, siguen creyendo en el amor después de un divorcio y ocupan su tiempo con pequeñas cosas, como cultivar hobbies o leer. Por último el autor nos presenta el mal sin paliativos, que puede aparecer donde menos se le espera y cuyos objetivos son el poder y el dinero. Nos encontramos ante una curiosa novela, rabiosamente contemporánea, que aborda cuestiones que hoy causan preocupación en la calle y en los medios. El autor es, entre otras cosas, informador sobre sucesos. La prosa es normal, nada elaborada, los diálogos buenos y el relato lineal, sigue a los protagonistas desde la primera a la última página. El título está tomado de la obra "El arte de la guerra" del chino Sun-Tzu.