La ciudad del azahar

Siglo X. Samarra, corte de Bagdad. La joven Qamar ha nacido marcada por el destino. Tiene tres graves defectos que la hacen inferior a los ojos de todo el mundo: sus cabellos son rubios, sus ojos claros y, por encima de todo, ha nacido mujer. Sin embargo, frente a tanta adversidad y repulsa, Qamar encontrará una vía de escape: la música. Gracias a ella conocerá el amor y vivirá un apasionado romance con su maestro, el venerable Sarrah —un hombre que, aunque mucho mayor que ella, está lleno de sabiduría, bondad y erudición—, y se planteará llevar a cabo el deseo que su madre nunca pudo ver cumplido antes de morir: recuperar un legendario laúd de cinco cuerdas que, según la leyenda, se encuentra en algún lugar perdido de la mítica y fastuosa Al-Andalus, la tierra más hermosa, donde el tiempo es dulce y suave, el sol no abrasa y el viento es fresco. Para ello emprenderá un duro y largo viaje a través del desierto y el mar en el que caerá en manos de un grupo de bereberes antes de descubrir la verdad que envuelve la leyenda... De la mano de Qamar asistiremos durante este viaje iniciático al nacimiento de un amor que lo podrá todo, veremos con sus ojos los alcázares y campos de batalla de la España del siglo x, oleremos el aroma y la fragancia de las almunias, los baños y las cocinas y seremos testigos de la resistencia cristina en el norte de la Península.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2010 Martínez Roca
763
978-84-270-3627-7
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Imagen de Azafrán

Según el Corán, una mujer morena es bella y una rubia es fea y si tiene los ojos claros, más.
Tal era el aspecto físico de Qamar. Hija de una esclava nórdica en la corte del Califa de Bagdag. También el Corán señala que la mano izquierda debe ser usada en las cosas menos nobles. Así que, como consecuencia, un zurdo cae bajo esa visión de “innoble”. También Qamar era zurda.
Pero como Dios reparte sus bienes cómo quiere, Qamar era una mujer con cualidades extraordinarias para la interpretación del laúd de cuatro cuerdas. Y, mejor aún, el laúd de cinco cuerdas usado en El Andalus del siglo X. Qamar, bajo la orientación de su maestro, Musa, emprende el viaje desde Bagdag a el sur de España acompañada de un criado de Musa. Al llegar a España son capturados y vendidos como esclavos al rey de los cristianos, Alfonso III. Así es como el lector conoce la corte asturleonesa, sus costumbres y su austeridad en comparación con las cortes árabes. El rey cristiano busca agradar al emir de Sevilla y le envía como regalo a la extraordinaria interprete de laúd, Qamar, y con ella el lector conoce la vida de la ciudad de Sevilla.
El emir de Córdoba es el más fuerte de todos los reinos musulmanes en la península Ibérica. También él se da cuenta de la estrategia del rey asturleonés. Así que para evitar pactos entre Sevilla y León, devuelve a un hijo del emir de Sevilla que mantenía prisionero como rehén en Córdoba. Y el emir de Sevilla le envía, en agradecimiento, 3 esclavos: Qamar, una cocinera extraordinaria y un encantador de serpientes. Llega, pues, Qamar a la corte de Córdoba, cumbre de sofisticación y elegancia del siglo X en la península Ibérica.
La segunda mitad de la novela se enmarca bajo el poder de Abderramán III quien accedió el trono en 912, a los 22 años, por voluntad de su abuelo Abdallah. Abdallah colocó en el trono a nieto Abderramán arrepentido de haber ordenado la muerte del padre de Abderramán e hijo suyo, ante una falsa acusación de buscar destronarle.
Como cuenta César Vidal en su novela, Abderramán se sintió amenazado por el poder de los jefes de las tribus del norte de África y temiendo que alguno de ellos se nombrase a sí mismo Califa, se adelantó él dándose tal nombramiento y evitó así el tener que pagar tributo a algún jefe norteafricano.
César Vidal no hace referencia a la lucha fratricida entre los Omeyas –chiítas- y la dinastía Abasí -suníes-. Los abaíes sucedieron a los omeyas (750-1258) y trasladaron el Califato de Damasco a Bagdag. Esa lucha fraticida contínua hoy día y somos testigos de asesinatos y destrucción entre ambos grupos de musulmanes.
Como Califa, necesitó grandes cantidades de dinero para la construcción de una ciudad adecuada a su categoría. Por eso exprimió a los nasraníes -cristianos- y yahudíes -judíos que se mantuvieron fieles en sus creencias; vendió como esclavos a numerosos nasraníes capturados en las frecuentes racias con las que asolaba los reinos cristianos y durante las cuales robaba todo cuanto encontraba a su paso. Con todo, también fustigó a sus propios cortesanos hasta extremos denigrantes, como recuerda César Vidal en su novela.
La ciudad que levantó y que podemos contemplar en una reconstrucción, a través de internet, fue Medina Azhara
http://www.webislam.com/?idv=1050
En la novela se trasluce la concepción de la mujer en el Corán: la poligamia, la homosexualidad, el placer llevado al extremo. Y también la crueldad en el trato con la esposa quien está por debajo de la categoría del esposo y a quien éste puede castigar legítimamente con sólo sospechar que su comportamiento no es el adecuado.
No sólo hablamos de tiranía en las relaciones de marido-mujer. También existe una tiranía dentro del harén y por lo tanto, una especie de lucha intestina entre las concubinas por alcanzar la posición de favorita y desplazar a la que ocupa ese lugar.
La crueldad en el trato con la mujer y, en general, en el trato con los que están por debajo, es lo que lleva a pensar a Qamar, que quizás los cristianos posean una fe más acorde con el corazón del hombre. Y es cuando descubre Qamar, que el Dios de los cristianos es Amor, cuando comprende que merece la pena abrazar la religión cristiana.
Por otra parte, la libertad personal como premisa para el ejercicio de la fe, es otra característica del cristianismo: los musulmanes consideran al renegado como alguien indigno de la vida y se sienten obligados a darle muerte.
El sufrimiento que genera la tiranía del fuerte, que supedita la vida de los otros a la satisfacción de su goce personal, es lo que condujo al martirio del niño Pelayo, un hecho históricamente documentado.
¿Realmente existió una convivencia pacífica entre judíos, moros y cristianos? ¿Es posible esa convivencia hoy día? Una novela que nos enfrenta a la realidad actual, no tan distante de la realidad del siglo X, como pudiera parecer.