Brooklyn Follies
El protagonista es Nathan Glass, ex agente de seguros, que aunque los médicos le dicen que ha superado un cáncer de pulmón , piensa que en realidad le queda poco tiempo de vida, y decide poco después de divorciarse, buscar un sitio para pasara sus últimos días, y siguiendo el consejo de un conocido se instala en Brooklyn.
Al poco tiempo se encontrará por casualidad con su sobrino Tom, al que hace años que no ve, que también vive y trabaja en el barrio. A partir de ahí, en la forma habitual en las novelas de Paul Auster las casualidades y el destino de los personajes sacan a la luz viejos problemas, sentimientos y errores, involucrando cada vez a más personas y a otros miembros de la familia.
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Comentarios
Es un libro lleno de ternura. Sí, sí, sí… ter-nu-ra. Lo digo así porque he leído las reseñas anteriores, y creo que no hemos debido leer el mismo libro; es lo que tiene la pluralidad, qué gozada. Bueno, a lo que iba; un señor que piensa que ya no le queda mucho por hacer en la vida, y a poco que se relaciona con un sobrino que hace mucho que no ve, se encuentra involucrado en las vidas de varias personas consiguiendo ayudar, y mucho, a todo ellos. La galería de personajes es muy rica, y casi todos nos podemos ver reflejados en alguno de ellos, excepto si eres perfecto, claro. Si tienes el trabajo perfecto, el sueldo perfecto, las expectativas conseguidas, si todo te va bien… no, no es tu libro; es un libro para personas en crisis, sin duda, y no me refiero a la meramente económica. Es un libro para personas reales.
La prosa es muy fluida, muy amena, muy fácil de leer (increíble en Auster, ¿no?). La traducción es muy buena. Y deja un sabor de boca muy bueno.
Novela extraordinaria, a la altura de El palacio de la medialuna, Trilogía de Nueva York, El país de las últimas cosas o La inveción de la soledad. Inteligente, muy bien escrito y con la dosis habitual de imaginación del buen Auster.
Creo que es la única novela de Auster que he conseguido acabar y no porque esté mal escrita -todo lo contrario- sino por la obscenidad que salpica toda la novela. Como es otras ocasiones la amoralidad y el pesimismo hacen acto de presencia, aunque quizá esta sea una de sus producciones más optimistas. No todos los personajes están bien construídos, es más algunos de ellos son muy artificiales como Rory y su marido enrolado en una secta cristiana. El mismo Tom deja mucho que desear. Ateísmo y falta de principios morales alternan con un afán de ayudar y de hacerse cargo de las preocupaciones de los demás. La prosa es tan fluida y agadable como siempre, pero creo que es muy poco recomendable