Novela de humor protagonizada por un joven de Nueva York, que recibe, el día en que cumple veinticinco años, la noticia de la muerte repentina de su abuelo paterno que le ha dejado en herencia un millón de dólares. Apenas unos días más tarde, fallece un tío materno legándole otros siete millones más, pero con la condición de que, al tomar posesión de ese dinero, no disponga de un solo centavo en metálico ni de cualquier otro tipo de bienes de su propiedad. Obligado a desprenderse de todos sus recursos, financieros y patrimoniales el testador le concede el plazo improrrogable de un año. Brewster se ve en la disyuntiva de, o bien rechazar la fortuna multimillonaria o gastarse el millón de dólares del abuelo, íntegro, en algo menos de doce meses.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
---|---|---|---|---|
2014 |
304 |
978-84-9065-022 |
Encuadernación: Rústica |
Comentarios
Historia soprendente y amena;
Historia soprendente y amena; aparentemente el reto del protagonista en un sin-sentido, pero conforme se avanza en la lectura se descubre que el libro tiene más fondo que el mero entretenimiento. Original en el planteamiento aporta ideas amables y valiosas.
¿Novela intrascendente? Creo
¿Novela intrascendente? Creo que da qué pensar el hecho de despilfarrar una fortuna en diversas diversiones sin fondo alguno, sin poder –explícitamente manifestado- destinar ese dinero a obras útiles de beneficencia, y sin permitir negociar invirtiendo en empresas rentables y provechosas.
La narración es fluida; en algunos momentos aparece un cierto hastío reflejo de la falta de fondo del argumento; y en otros apunta a una ironía contenida reflejando los estados de ánimo del protagonista que, en ocasiones, no sabe qué inventar para despilfarrar toda la fortuna.
El final es interesante y positivo; el protagonista afronta con ánimo y entereza una situación inesperada que le hace prever una vida “real”, sin fortuna y comenzando desde cero, exaltando el verdadero amor, carente de intereses egoístas.