Max Perkins, genio extraordinario, fue el descubridor de grandes de la literatura como F. Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway o Thomas Wolfe. Sin embargo, su vida transcurre en la penumbra, entre bastidores, ayudando a sus autores como editor, pero también como crítico, gestor, agente... y amigo.
Comentarios
No habrá mucha gente capaz de
No habrá mucha gente capaz de motivarse con la historia de un editor de libros, pero es seguro que sí la hay para leer acerca de un maestro de escritores. En la biografía de Max Perkins encontramos, esparcidos a lo largo del texto, numerosos consejos acerca de cómo escribir bien. Son los mismos que nuestro hombre daba a los escritores que apadrinaba, algunos de ellos tan importantes como Ernest Hemingway o Scott Fitzgerald.
Una parte muy importante del libro -tanto o más que la biografía de Perkins- es la de estas figuras de la literatura. De Fitzgerald sabíamos algo; como por ejemplo que se mató a sí mismo con el alcohol y que era bastante frívolo al estilo de su "Gran Gatsby". De Hemingway sabíamos que residió en París ("París era una fiesta") o en Cuba; que le gustaban las mujeres (se casó cuatro veces), los toros ("Fiesta"), la caza en Africa y la pesca en el Caribe ("El viejo y el mar"), o que recibió el Premio Nobel en 1954. Pero el núcleo de esta obra está en la interacción de los escritores con su editor. Todos bebían mucho, todos se consideraban "el mejor", todos tuvieron problemas con las mujeres y todos pasaron por periodos de profundo abatimiento en los cuales pensaban abandonar la literatura. Era en estos momentos cuando Perkins los "pastoreaba" para que fueran capaces de continuar.
Aparte del atractivo que tiene la obra en si misma, personalmente me ha motivado para repasar las obras de los dos autores citados: Hemingway y Fitzgerald. Conviene no desanimarse ante el comienzo de la biografía; los dos primeros capítulos resultan oscuros para quien no sepa quién era Perkins o qué supone la edición de libros. Era mi caso. Después aparecen los personajes más arriba citados y el relato se aclara. La edición contiene un número elevado de erratas -nunca un libro sobre editores necesitó tanto de una buena edición- que devalúan la lectura.
Desconocido por el gran
Desconocido por el gran público, Max Perkins (1884-1947) fue un editor consumado, una especie de héroe en el mundo editorial americano. Durante décadas, fue el descubridor de nuevos talentos literarios que triunfaron gracias a su ayuda incondicional: a veces, psicológica y emocional; a veces, económica; y siempre efectiva en el ámbito literario, puliendo y mejorando los textos hasta conseguir que cada escritor diera lo mejor de sí mismo y desarrollara al máximo sus capacidades y sus cualidades naturales. Así ocurrió con grandes literatos y la creación de sus obras más sobresalientes, como F. Scott Fitzgerald ("A este lado del paraíso" y "El gran Gatsby"), Ernest Hemingway ("Fiesta" y "Adiós a las armas"), y Thomas Wolfe ("El ángel que nos mira" y "Del tiempo y el río"), entre otros muchos.
Esta biografía se publicó por primera vez en 1978 y con ella su autor, A. Scott Berg, ganó el National Book Award americano. En 1971, atraído por la fuerte personalidad de Perkins, comenzó a investigar su vida cuando todavía no se conocía el alcance histórico y literario que su labor como editor tendría en el futuro. Durante siete años pudo consultar sus innumerables cartas, manuscritos y documentos que se habían conservado, y mantuvo entrevistas personales con las hijas, hermanos y amigos del editor que le ofrecieron su ayuda incondicional y sin restricciones para escribir este relato.
Además, esta biografía también ha servido de inspiración para la película del mismo título, protagonizada por Colin Firth, Jude Law y Nicole Kidman, estrenada en 2016. En ella se pone de manifiesto que el editor desafió los gustos establecidos y revolucionó la literatura norteamericana, aunque históricamente su labor permaneció en la sombra. Mientras que los autores con quienes colaboró alcanzaron un gran éxito, el nombre de Perkins quedó en el anonimato.
Por todo ello, se trata de una obra recomendable para saber más sobre el proceso de creación literaria y conocer mejor la producción de textos. A partir de Perkins, la labor editorial ha cambiado: los buenos editores ordenan y pulen el lenguaje, incluso encuentran estructuras narrativas ocultas para los propios autores. Uno de sus mejores consejos era: “que la obra culmine de tal manera que justifique el interés del lector para seguirla”.