La liebre con ojos de ámbar

Más de doscientas figuritas de madera y marfil, ninguna de ellas mayor que una caja de cerillas, son el origen de este fascinante libro en el que Edmund de Waal describe el viaje que han hecho a lo largo de los años. Un viaje lleno de aventuras, de guerra, de amor y de pérdida, que resume en la historia de una familia la Historia de Europa en los siglos XIX y XX. Un texto evocativo y de gran belleza que comienza con una pequeña liebre de ojos de ámbar y termina, como todo auténtico viaje, con el descubrimiento de uno mismo.  

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2012 Acantilado
368
978841527771

Traducción de Marcelo Cohen

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Con el subtítulo “Una herencia oculta”, el autor Edmund de Waal narra los hechos más sobresalientes de la historia de su familia (la saga judía Ephrussi, de origen ruso), tomando como hilo conductor la adquisición de los “netsuke” por uno de sus antepasados. A mediados del siglo XIX desde Odesa, los miembros de la familia se reparten por las ciudades más importantes de Europa (París, Viena, Berlín): unos hacen grandes fortunas como banqueros y comerciantes, mientras que otros disfrutan de la vida e invierten el dinero en obras de arte. Así, a finales del siglo XIX, cuando en París impera la moda de adquirir arte japonés en los círculos aristocráticos, Charles Ephrussi compra una colección de “netsuke”, pequeñas figurillas de madera de boj o marfil que representan a personas o animales realizando diferentes acciones. De esta colección, heredada por el autor, se han conservado 264 figurillas, una muestra preciosista y muy valiosa del arte japonés. 
Para escribir estas memorias, el autor ha recorrido durante dos años los lugares en los que vivió su familia y ha visitado los palacios y las mansiones que todavía se conservan. Además ha conseguido recopilar una abundante documentación de los archivos familiares como cartas, diarios, fotos, recuerdos, que le han servido de fuente de información fidedigna para desarrollar la historia familiar. Así, con abundantes y precisos conocimientos, Edmund de Waal puede hablar del diseño y de la construcción del nuevo París en 1871, y de la relación de su familia con grandes artistas como E. Manet, Degas, Pissarro, Monet, Renoir, o autores como Proust o Goncourt. De la misma manera, puede hablar de Viena a partir de 1899 y de la situación de la población judía en esa ciudad, que se había mimetizado con el resto de los ciudadanos. Sin embargo, en marzo de 1938, Alemania invade Austria y los comercios y hogares judíos serán arrasados y saqueados, como premonición del holocausto. De la gran fortuna que guarda el palacio Ephrussi en Viena, solamente consiguen salvarse los “netsuke” gracias a la osadía de una fiel criada.
En la actualidad, la colección de figurillas está en posesión del autor de estas memorias, en su casa de Londres, que la recibió como legado familiar hace unos años. Esta herencia ha propiciado la redacción de esta obra que se convierte en una pequeña historia dentro de la Historia, y que gracias a ella podemos entender mejor. Escrita con un estilo cuidado y minucioso, tiene un indudable valor histórico; sin embargo, la banalidad en la presentación de algunas relaciones familiares y especialmente las referencias al arte oriental, excesivamente erotizado y demasiado explícito en sus descripciones, pueden herir algunas sensibilidades.