Jona está convencido de que un día le sucederá algo alucinante: encontrará a un extraterrestre, quizá mañana mismo. Por eso, cuando Henri llega a clase por primera vez, Jona sabe quién es: su nuevo compañero es el extraterrestre que está esperando. Por supuesto, Henri parece un niño normal. Sin embargo, poco a poco, Jona irá descubriendo toda la verdad acerca de su nuevo amigo. Una entretenida historia sobre la amistad con divertidas ilustraciones de la propia autora.
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Novela realista, divertida y
Novela realista, divertida y entrañable, narrada en primera persona por el protagonista Jonathan Klinger (más conocido como Jona), un niño alemán de diez años, muy interesado por los extraterrestres sobre los que ha leído todo tipo de libros. Un día en el colegio, conoce a Henri, un alumno nuevo, un poco distinto y misterioso, quizá el “extraterrestre” que está esperando. Este encuentro le da la posibilidad de escribir un informe de investigación titulado “El terrícola”, en colaboración con Henri, en el que habla sobre múltiples aspectos en torno a la alimentación, la familia, el lenguaje, las navidades y las vacaciones de verano, los enemigos y los amigos del terrícola.
Aunque el relato se centra en la amistad que se va forjando entre Jona y Henri, la novela trata otras muchas cuestiones interesantes como las relaciones en el ámbito familiar y en el colegio, como por ejemplo la preparación de la Navidad y la representación navideña escolar. Desde el punto de vista familiar, destacan las relaciones de cariño y confianza con los padres, y también entre los hermanos. Así, Jona tiene un hermano pequeño (Ovillo de 4 años), y una hermana adolescente (Lollo de 15 años), mientras que él es el hermano de en medio, “un niño sándwich”. El entorno familiar se completa con la alusión cariñosa a los abuelos que ya han fallecido, y además el protagonista (como otros personajes literarios similares) encuentra refugio en la casa de su vecino, el sr. Bullerdieck que le ayudará a comprender mejor la realidad y los problemas de los demás.
Con un lenguaje muy divertido e ingenuo, lleno de reflexiones y de ocurrencias propias de los niños, Jona va presentando una realidad que cada vez se aleja más de su mundo de fantasía, de su “cine interior”, un cine secreto que proyecta películas alucinantes; pero ninguna tan intensa e imaginativa como la que vive con Henri. Su forma de ver el mundo de los mayores, lleno de manías y de ocupaciones, da siempre un toque de humor a esta historia: “Tenía el pelo revuelto y de punta y el rímel se le había corrido. Parecía un oso panda que hubiera caído en manos de un peluquero loco” (p. 114). Por último, en el relato se pueden encontrar muchos refranes y frases hechas, que su vecino le explica y le da a conocer: “La palabra es plata y el silencio es oro”, “La pluma es más fuerte que la espada”, “Las penas compartidas son menos”. Por todo ello, se considera una lectura muy recomendable.