Colección de escenas humorísticas publicadas por la autora en verano del año 2000, en el diario El País. Elvira Lindo se declara urbanita y proclama las desventuras de un verano lejos de la ciudad.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2001 | Santillana-Punto de lectura |
150 |
84-663-0678-1 |
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Elvira Lindo es conocida por
Elvira Lindo es conocida por sus libros sobre Manolito Gafotas. Casada con el académico Antonio Muñoz Molina, se trata de un matrimonio de escritores aunque algo desequilibrado a favor del padre de familia. "Cariño -interroga la autora a su marido- ¿a qué atribuyes tú a que a mí no me hayan invitado jamás a una universidad de esas de verano para dar una charla?" Antonio, en el que su mujer reconoce una gran paciencia, trata de elevar la autoestima de su esposa.
Yo sí invitaría a Elvira Lindo a dar una charla; una conferencia sobre el salto del pueblo a la ciudad, sobre el habla popular y ese barrio de Madrid, Moratalaz, donde élla tiene depositados sus recuerdos y sus afectos.
Antonio y Elvira se quieren; por eso la autora no tiene inconveniente en descubrir esos detalles cómicos y grotescos-como la matanza del mosquito- que viven todas las parejas, pero que quizá no todas sean capaces de valorar; querer al cónyuge con sus manías y su forma de ser. Ellos también discuten (pero nunca a gritos, aclara Elvira), y cuando Antonio va a desbarrar ella le corta agilmente: "Che, che, che... "; y lo escribe así, castiza. Ambos son nacidos en Andalucía, lo cual probablemente quiera decir algo.
Por último nuestros amigos son una pareja "progre". La progresía cree en la cultura (libertad de pensamiento) y el dinero (sociedad del bienestar). "Tinto de verano" fue escrito en el año 2000, último de la "era progre". Un año más tarde se produciría el atentado de Nueva York contra las Torres Gemelas y tres mil muertos; en 2004 el atentado es en Atocha, Madrid, con 193 muertos; después serán Afganistán, Irak, los miles de guerras del Golfo y, al final, la crisis. No se podía seguir creyendo en la bondad innata del ser humano y de la sociedad de los hombres. La progresía había muerto.