Como si de una crónica se tratara, El mismo sitio, las mismas cosas narra las vidas comunes de gente normal ante circunstancias y decisiones extraordinarias. Un granjero que se enfrenta al reto de criar a su nieta, un joven que se enamora platónicamente de una voz de la radio o un maquinista que provoca un accidente de tren de dimensiones colosales.
Son historias llenas de corazón y de humor en las que los actos y sus consecuencias, en el contexto cultural de Luisiana y de sus paisanos, cobran vida en la prosa brillante y sensible de este escritor que, como ha dicho de él la crítica, ha cartografiado el Sur de los Estados Unidos.
«Gautreaux es un sólido y admirable escritor, aplaudido por autores brillantes como Charles Frazier y Annie Proulx»
Jam Poste, The Guardian
«Gautreaux es un contador de historias a la antigua, un hilandero fino con una moral»
Malena Watrous, Sunday Book Review
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2018 | La huerta grande |
302 |
978-84-17118-11 |
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La Huerta Grande es una de
La Huerta Grande es una de esas editoriales independientes y valientes que están dando que hablar en el panorama literario de nuestro país. Y estoy convencido de que, con el tiempo, podrán contar entre los logros de su magnífica labor editorial el haber traído al público hispanohablante a este grandísimo escritor que es Tim Gautreaux. Se estrenan con una colección de relatos, un género en el que este escritor es un auténtico maestro.
A Gautreaux (Morgan City, Luisiana, 1947) se le ha comparado a menudo con Flannery O’Connor, por su catolicismo y por los dilemas morales a los que enfrenta a sus personajes. Pero, a diferencia de la escritora de Georgia, los protagonistas de los relatos de Gautreaux son más proclives a aceptar la gracia que se les ofrece.
El mismo sitio, las mismas cosas son doce historias de gente normal que se ve en la tesitura de tener que tomar decisiones ante las encrucijadas —extraordinarias o no tan extraordinarias— que en ocasiones plantea la vida. Gautreaux crea unos personajes muy cercanos, por muy humanos, con los que el lector se identifica; y los sitúa en contextos duros, que una visión optimista y esperanzada consigue atemperar, sin que falte en ocasiones un perspicaz sentido del humor. Todo ello escrito en una prosa muy cuidada, de ritmo poético y reflexión aguda y bien engarzada.
Doce relatos, doce joyitas: literatura de muchos quilates.