Han pedido a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil que investigue un secuestro ocurrido en Algeciras. Bevilacqua, Chamorro, Arnau e Inés Salgado se desplazan al Campo de Gibraltar. El secuestrado es un informático con antecedentes penales; alguien que guardaba debajo de su cama el dinero suficiente si no para asar una vaca, al menos un pollo o un conejo.
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Me ha resultado de un gran
Me ha resultado de un gran interés por el tema que trata. No es nada fácil ponerse en la situación de lo que sucede en la zona del estrecho, Algeciras, La Línea, Gibraltar. La problemática de cómo contener el tráfico de drogas es complicadísima. Por eso le doy un sobresaliente a Silva pues consigue que, una vez más, nos situemos en los problemas que tenemos en España, que sin duda son distintos a los que nos puede contar un autor sueco -por poner un ejemplo- en otra novela policíaca.
Además, las de Bevilacqua y Chamorro no son novelas de policías -típicamente policíacas- sino de guardias civiles. Y quieras que no los vemos de otra manera. Los vemos como algo más nuestro y lo seguimos con más expectación. El modo de proceder, la relación entre ellos -y ellas-, los planteamientos de fondo… Es muy de agradecer el planteamiento moral recto de los protagonistas, que luchan decididamente contra el mal.
La novela es plana, sin complicaciones, por lo tanto, fácil de leer -incluso en la piscina- y en algunos casos un poco farragosa en algunos párrafos explicativos. Pero el lector se va metiendo en el mundillo y está en todo momento intrigado por cómo puede acabar. Leer artículo>>
Si pensamos en algunos de los
Si pensamos en los detectives que han aparecido a lo largo del tiempo en la literatura de entretenimiento, la mayor parte de ellos nunca evolucionaron. Hércules Poirot, el Comisario Maigret o el Padre Brown en un buen número de obras ni envejecían ni cambiaban. Incluso las novelas de las que eran protagonistas se mantenían dentro de los mismos parámetros de extensión. Todo ello permitía a sus autores explotar el éxito de unos personajes que, por su perfil y andanzas, agradaban a los lectores.
No es el caso de los guardias Bevilacqua y Chamorro (Rubén y Virginia). A lo largo de veinte años Lorenzo Silva los ha hecho envejecer. Han pasado de ser unos originales investigadores al servicio de la UCO a testigos de la vida española. También han perdido mucha de su frescura y originalidad. Según crece el número de páginas de sus novelas, el lector deja de identificarse con los investigadores para quedarse con el valor que tienen aquellas como forma de denuncia.
Lejos del corazón se desarrolla en el Estrecho de Gibraltar; en el triángulo entre Algeciras, el Peñón y Marruecos. El tráfico de tabaco y hachis, la Roca como paraíso fiscal y posiblemente penal, la situación social en el Campo de Gibraltar y en La Línea, el blanqueo de capitales y los delitos informáticos se hacen presentes en esta novela. Como elementos negativos de la misma ha crecido el número de personajes y estos tienen menos atractivo. También se han incrementado las explicaciones a lo largo del texto. Al fin y al cabo, el blanqueo de dinero realizado en bitcoins no es fácil de explicar al lector. Da la impresión de que, por primera vez en las novelas de Bevilacqua, quedasen cabos sin atar.
Lo más interesante de la novela es la descripción de una persecución y captura de un planeadora de narcos en el Estrecho. Lo más inesperado que Bevilacqua y Chamorro (Rubén y Virginia) parecen haberse enrollado. Oh tempus! Oh mores!