La conciencia colectiva de nuestras sociedades y su universo simbólico van siempre acompañados de unas determinadas categorías de la sensibilidad que varían de una época a otra y de las que derivan otras tantas maneras de entender el mundo. Si he aceptado el reto de una reedición de este libro después de veinte años es porque sigue pareciéndome importante que podamos percatarnos de estas variaciones -que son, por otra parte, indisociables de las fluctuaciones sociales- y de cómo estas van surgiendo al par que los valores que adoptamos. Una educación de la sensibilidad es, ahora más que nunca indispensable. La política no la hacen los partidos ni las agrupaciones, sino los individuos. Y si quienes gobiernan -formen éstos parte del demos o de aquellos que detentan el poder económico o el poder a secas- no han aprendido a conocerse, mal podrán gobernar. Para gobernar es preciso saber qué somos o qué estamos siendo más allá de nuestro personaje. Toda moral bien construida requiere de un fundamento extra-moral y este tiene que ver con el conocimiento de uno mismo, algo que tan sólo puede iniciarse con la observación de la propia mente. La razón estética es sin duda una propuesta para tiempos difíciles. Que sea viable o no dependerá del interés que pongamos en que esta educación se lleve a cabo.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2017 | Galaxia Gutemberg |
276 |
978-84-16734-98 |
Colección: Ensayo |
Comentarios
Veinte años después la autora
Veinte años después la autora revisa y actualiza su trabajop de modo pesimista su propuesta de ética y estética.
"Hace veinte años desde que la filósofa Chantal Maillard (Bruselas 1951) asentada en la Universidad de Málaga, publicase por primera vez su ensayo acerca de la “razón estética”, siguiendo la estela marcada por los grandes filósofos españoles contemporáneos, y, por tanto, al hilo de la razón vital de Ortega y de la razón poética de María Zambrano..." Leer más..., leer artículo...