Esta historia empieza en el año 1995, cuando el e-mail era algo nuevo y emocionante. La protagonista es Selin, hija de inmigrantes turcos apasionada por la literatura que acaba de llegar a Harvard decidida a convertirse en escritora. Acostumbrada a vivir a través de los libros, llega a la universidad sin manual de instrucciones: ¿cómo se hacen amigos? ¿Cómo se enamora uno? ¿Importan más las cosas cuando se viven que cuando se leen? Selin ve su vida como una narración más pero, ¿qué pasa cuando intentamos añadir otras personas a nuestra historia?
Así empieza su relación con Ivan, un estudiante húngaro de matemáticas algo mayor que ella con quien comenzará a escribirse. Mediante el correo electrónico, crearán un mundo paralelo habitable (o una barrera de ficción tras la que esconderse) que rápidamente eclipsará todas sus otras relaciones.
Durante los doce meses que cubre esta novela de iniciación, la heroína de Batuman hace uso de un ingenio y una mordacidad entrañables para descubrirse y, sobre todo, inventarse ante el desafío que supone llegar a la edad adulta. Este debut nominado al Pulitzer es una reflexión perdurable sobre la relación entre el arte y la vida; las palabras y el mundo real; las historias que nos contamos y las narrativas en las que queremos encajar.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
---|---|---|---|---|
2019 | Literatura Random House |
480 |
9788439735854 |
Excelente traducción de Marta Rebón |
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Selin, la joven protagonista
Selin, la joven protagonista de esta novela, nos relata a lo largo de sus páginas las experiencias de su primer año de universidad en Harvard. Es tímida e insegura y conoce poca más vida que la retratada en las novelas que lee de forma compulsiva, pero hace gala, sin embargo, de un espíritu crítico que la lleva a cuestionar cuanto ve y oye. Y es precisamente esa peculiar mirada suya, esa forma impasible a la par que mordaz y jocosa con que observa cuanto la rodea, la que nos ayuda a transitar por las cerca de quinientas páginas de que consta la novela, aun a pesar de que en ellas se nos cuente poco más que el día a día de una chica de dieciocho años.
Todo es nuevo para Selin: las primeras amistades, el primer amor, las posibilidades que le ofrecen las nuevas tecnologías… Y todo lo incorpora a su vida como si de una novela se tratara. Hasta el punto de que para ella los límites entre realidad y ficción llegan a ser insólitamente difusos. ¿Es la literatura la que refleja la realidad o más bien percibimos una realidad ya tamizada por nuestra experiencia lectora?
Como alter ego de la autora, Selin es una enamorada de la literatura en general y de la rusa en particular; a lo que tampoco resulta ajeno el título de la novela. Quiere ser escritora y quizá sea por ello que no encuentre mejor forma de vivir su primer amor que construyendo una realidad paralela a través de correos electrónicos (nos encontramos en 1995), en los que, como no podía ser de otra manera, entremezcla la realidad con la ficción. De hecho, para ella todo resulta más complicado cuando ha de enfrentarse a la realidad sin ambages, algo que, así y todo, nunca rehúye.
Nominada al Premio Pulitzer por ésta su primera novela, Elif Batuman no se ha conformado con ofrecernos una novela iniciática más al uso. Ha tratado de ir un paso más allá, lo que es de agradecer, y nos invita a reflexionar, junto a su joven aspirante a escritora, sobre los límites entre ficción y realidad, y sobre la extraña y mágica conexión que existe entre el arte y la vida.