Patria

El día en que ETA anuncia el abandono de las armas, Bittori se dirige al cementerio para contarle a la tumba de su marido el Txato, asesinado por los terroristas, que ha decidido volver a la casa donde vivieron. ¿Podrá convivir con quienes la acosaron antes y después del atentado que trastocó su vida y la de su familia? ¿Podrá saber quién fue el encapuchado que un día lluvioso mató a su marido, cuando volvía de su empresa de transportes?

Por más que llegue a escondidas, la presencia de Bittori alterará la falsa tranquilidad del pueblo, sobre todo de su vecina Miren, amiga íntima en otro tiempo, y madre de Joxe Mari, un terrorista encarcelado y sospechoso de los peores temores de Bittori. ¿Qué pasó entre esas dos mujeres? ¿Qué ha envenenado la vida de sus hijos y sus maridos tan unidos en el pasado? Con sus desgarros disimulados y sus convicciones inquebrantables, con sus heridas y sus valentías, la historia incandescente de sus vidas antes y después del cráter que fue la muerte del Txato, nos habla de la imposibilidad de olvidar y de la necesidad del perdón en una comunidad rota por el fanatismo político.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2016 Tusquets
648
978849066-319-6

Col. Andanzas, 888

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Novela sobre ETA y su contexto durante su lucha armada.

Aramburu es el autor y narrador, que tiene la maestría de saberse meter en la piel de cada uno de sus protagonistas, con su personalidad peculiar cada uno, su lenguaje, su humanidad o su falta de ella. Gentes con caracteres muy definidos, muy bien descritos.

La novela, de 125 capítulos, el carácter asfixiante de los nacionalismos radicales, siempre excluyentes para con quien no es “de los míos”…, lo que les impide valorar al que no es de mi pueblo, o habla mi lengua, o…impide la amistad y el trato de buena vecindad. Estrecha miras.

Familias que han sido amigas hasta ese momento en que ETA marca a sus víctimas, han compartido risas y penas, el juego de la vida. Entonces impera el miedo, la deslealtad, la huida cobarde, la falta de empatía, la inacción positiva…

Por otra parte, el fanatismo de quien se crece en no se sabe qué altos ideales “patrióticos”, hasta el punto de creerse que todo ese mal, lo hace por amor a su pueblo. Un amor perverso, compatible con el odio máximo a quien no es como YO…, y que está dispuesto a matar. ¿A quién? A quien sea. A quien me digan. Poco importa truncar vidas, destrozar familias, echar a perder su propio camino, a los suyos, a sus amigos…

A veces, a la banda armada se afilian jóvenes poco estudiosos, más fáciles de ser manipulados, como José Mari, uno de los protagonistas.

Gorka, estudioso, y buen lector, piensa en cambio, que se puede servir a la patria con la palabra, las ideas, no con las armas.

Aparecen las víctimas y sus familias hechas polvo… Aunque en el fondo todos son, de alguna manera, víctimas de algún modo de ese sin sentido…

También aparecen los que quieren estar con todos y al final no están con ninguno, como don Serapio, el cura del pueblo, caricaturizado, por su falta de formación o de sensibilidad. Da lástima ver cómo lo hace.

La fe se confunde con un pietismo incoherente y ridículo. O con una creencia débil que acaba bruscamente para Bittori el día en que asesinaron al Txato, su marido.

Es una novela muy bien escrita, para aproximar al lector a conocer algo de ETA, la que perseguía, agobiaba, asesinaba… cómo actuaba, de dónde salían los terroristas, sus entornos, la reacción del pueblo ante cualquier atentado, siempre injusto. El mundo de la “represión”, etc… Te acerca a entender un poco qué pasaba…

En conjunto es una novela notable, a la que solo le pongo un “pero”. Me sobran la mayoría de descripciones eróticas que no añaden gran cosa al argumento total. Y por otra parte, desde mi punto de vista minusvalora la creatividad y madurez del propio lector, al aportar tantos detalles descriptivos. ¿Acaso es un imperativo editorial? No lo sé, ni me importa. Pero la novela y su tema es lo suficientemente fuerte como para no añadir aspectos innecesarios.

Gustará a personas interesadas en este tema, o en el tema de la Historia reciente de España.

Imagen de enc

Hay novelas que son testimonio de una época, de una situación o una ideología. Estoy pensando en La cabaña del tío Tom, sobre la esclavitud de la gente de color en los EE.UU. o Un día en la vida de Ivan Denisovich sobre el Gulag. Dickens retrató la pobreza en el Londres decimonónico y George Orwell denuncia al estalinismo en Rebelión en la granja. Cualquiera de estas novelas, por su contenido emocional, tuvieron una influencia mayor sobre las sociedades así retratadas que un ensayo, discurso o artículo de prensa.

En el último medio siglo la violencia terrorista en Euskadi ha condicionado la vida y la política en aquel territorio. Patria es la novela dirigida a retratar y denunciar esa situación: El fanatismo de unos pocos, la cobardía de muchos y una ideología tan simple como cruel. "Para que los malos triunfen basta con que los buenos no hagan nada" -escribió alguien. En el País Vasco ha habido muy pocos dispuestos a oponerse a una opción política dispuesta a imponerse por la fuerza y esos pocos eran asesinados. La actitud mayoritaria -afirma el autor- ha sido ponerse de perfil, hablar en voz baja, cuando no aprovechar las ventajas que de esa situación de violencia pudieran derivarse -el árbol y las nueces-. En un momento determinado Aramburu plantea el papel del escritor en "una sociedad sometida al terror". De hecho el autor reside en Alemania, detalle interesante.

Se dice que Patria es la historia de dos mujeres, antes amigas, a las que la política y el terrorismo llegan a separar. Se trata de una simplificación. En ambas familias encontramos personajes inolvidables; desde los maridos: Txato y Josian; los hijos: Nerea y Javier, Arantxa y Gorka, cada cual con su historia. La debilidad de los matrimonios o la opción homosexual de Gorka no se diferencian de las que puedan darse en cualquier otro lugar, pero el autor sabe encajarlas dentro de la novela. Incluso encontramos a la ecuatoriana Celeste, personaje estupendo, que cuidará de Arantxa una vez que ésta quede paralizada por un ictus. El autor relata estas historias como quien las ha vivido de cerca.

Literariamente la novela me encanta. Está elaborada a base de cuadros que retratan una situación y un personaje. No importa que los capítulos salten adelante y atrás en el tiempo. Lo importante son sus historias personales y éstas son coherentes. La obra de Fernando Aramburu me recuerda a Torcuato Luca de Tena, en Edad prohibida, para el retrato de San sebastián, y a Cinco horas con Mario para los monólogos, abundantes en esta obra. Hay un par de escenas, casi frases, de sexo, que serían prescindibles. Leer artículo >>

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No me resulta fácil hacer un breve comentario de esta novela. La historia que narra es humana, realista en su totalidad, podría haber ocurrido tal cual. Dos familias de un pueblo vasco cercano a San Sebastián que se quieren mucho, inseparables los maridos, Txato y Joxian y las mujeres Bittori y Miren que estuvieron a punto de dar el paso juntas de ser monjas en su juventud. Ambos matrimonios tienen hijos que también forman parte, importante, de la trama: Nerea y Xavier por un lado y Arantxa, Joxe Mari y Gorka por otro. En un momento determinado estalla con fuerza toda la propaganda y desarrollo de ETA; el hijo adolescente de Joxian, Joxe Mari, es reclutado por el mundo de los abertzales y tras varios acontecimientos se pone el punto de mira en el Txato, por ser empresario. Se le empieza a amenazar y lo asesinan. Está muy bien descrito el clima de desconfianza, asedio, odio y recelo de toda la sociedad y se personaliza en los protagonistas. La literatura de Aramburu es muy notable. El hecho de que ponga en boca de los personajes palabras malsonantes –blasfemias- se nota que es más por una mala costumbre de los de esa región que por un ataque a la religión. Con una gran sobriedad en las descripciones, que se hacen vivas en la imaginación del lector, y distribuyendo la extensa novela en muchos capítulos breves, se consigue que no canse y mantenga la atención. Es dura y, en mi opinión, objetiva. Algunos pueden reprochar que a partir de la mitad, cuando se va contando la vida de los hijos, con relaciones sentimentales basadas en el sexo como primer aliciente, con permisividad hasta dar por bueno un aborto sin que se noten las consecuencias, se podrían haber evitado. Es posible y sin excluir esa opinión, pienso que el autor refleja una realidad que se está dando en una sociedad donde las referencias trascendentes o religiosas se han perdido o enfriado. Se entiende también que el sacerdote que aparece, nacionalista, se le describa poco atractivo cuando por encima de Dios se pone el amor al nacionalismo.Por último resaltar la maestría en describir los procesos interiores de todos los personajes que de algún modo recogen las vivencias personalizadas de toda una sociedad y cultura de nuestra época y país.

 

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El autor mete al lector en esa sociedad asfixiante donde o eres abertzale, en su lenguaje, o estás muerto vitalmente y a veces ejecutado por los que se consideran gudaris o luchadores por la Patria. Esta  novela describe una sociedad enrarecida y aplastada por el miedo. Una familia desunida entre sí y enemistada con otra familia rota. Unos jóvenes amorales obsesionados con la nación vasca. Esa es la Patria que describe el autor. Y la conoce desde dentro en sus costumbres, su idioma, sus rutinas, su aburrimiento, y su utopía de ser Eukal Herria. 

     Aramburu utiliza una prosa coloquial en la que se mezclan los pensamientos íntimos, los recuerdos, el presente y el pasado, y por eso a veces resulta difícil de seguir. No es de mucha calidad aunque tiene bastante agilidad.  Es nada complaciente en sus descripciones y con un juicio severo contra ese tipo de sociedad dominado por el entorno etarra. 

     Este libro puede interesar a quienes  ya conocen el país vasco y han vivido allí,  sobre todo en los pueblos pequeños, donde domina la ideología terrorista. Para el resto resultará menos interesante y siempre dura, además de dar pocas pistas positivas de ética. El autor introduce escenas de cama y muchas palabrotas e irreverencias, que molestan la lectura, aunque es cierto que corresponde a lo que dicen y hacen los jóvenes captados. Es una larga novela de moda, interesante pero dura, como es esa sociedad vasca radicalizada desde hace cuarenta años. ETA ya no mata pero el ambiente sigue siendo el mismo. Leer artículo...