El árbol de las verdades

De nuevo Blanca García-Valdecasas nos hace meternos en el ambiente que ha decidido describir, desde el primer capítulo.
La narración de lugares y personajes nos ayuda a ver la diversidad de formas de ver la vida. Interesante y recomendable. 

Excelente novela enraizada en la más clásica tradición de la literatura castellana. Con un léxico cuidado la autora va presentando una galería de personajes bien caracterizados; con un indudable fondo humano Blanca García-Valdecasas penetra con claridad y sin confusión en ese reducto íntimo de cada personaje y describe con precisión el móvil que desencadena todas las acciones de cada uno de ellos.
Los diálogos son consistentes y nada banales: nada sobra, nada falta, e imprimen ritmo y frescura a la narración: tersa, sobria, elegante; sin distraerse en detalles superfluos, aportando todos los elementos para una profunda caracterización de cada cuadro escénico.
Sociológicamente penetra con decisión e incisividad en una capa de la realidad actual de la sociedad española, aunque hay que reconocer que no todo es así, no todo está manchado y marchito; en pocas frases logra recrear una situación, una actitud de la sociedad en profundidad, y en lo que tiene de humano en una cultura en la que el desorden moral muestra su lado ácido, sórdido, triste, sin esperanza alguna, que desemboca en una vida vacía de sentido y llena de desencanto.
Es una pena el desenlace negativo y pesimista que Blanca da la novela, aunque coloreándolo con un leve tono cristiano al final, que no es suficiente para enderezar todo el panorama de la sociedad que presenta.
Es por esto por lo que una obra maestra genera dudas sobre definirla como muy recomendable. Es muy recomendable para personas bien formadas y con capacidad crítica en el aspecto moral; que no confundan el todo con la parte, y sean poseedores de los recursos necesarios para paliar el aspecto negativo con el que la autora cierra la narración. Leer artículo...

La nueva novela de esta escritora, una de mis favoritas, está escrita con el mismo ritmo que los demás libros de esta autora. Te lleva adelante en su lectura con facilidad, pero hay algo en el argumento que hace el final sea diferente a los finales a los que nos tiene acostumbrados los seguidores fieles de esta escritora.

El mundo literario español está de enhorabuena. Después de años sin publicar, Blanca García Valdecasas vuelve con una novela espléndida. La calidad de su escritura sigue siendo la que conocíamos. Ese modo de narrar, economizando al máximo las palabras, que tanto gusta a un público experto, sigue presente en estas páginas nuevas. Hasta tal punto que, como ya pasaba en algunas de sus novelas anteriores, parece que no pasa nada pero el lector disfruta con unas narraciones de lugares y personajes sin necesitar más que la lectura misma. Pero el fondo existe, y al terminar la novela queda clara la trama: Fernanda se da cuenta de que su vida ha sido un fracaso. Y el lector entiende por qué, y desea que los demás personajes no sigan por los mismos caminos. Sorprende la incoherencia de Elisa. Presentada como joven católica, aparentemente una persona prudente, no se entiende bien su actitud, y que tenga que ser Fernanda, no practicante, pero seguramente con más formación, quien la reprenda. Novela del barrio de Salamanca de Madrid, con todo lo que eso lleva consigo, un mundo muy concreto y un modo de vivir. Cansados de tanta literatura mediocre en castellano, volver a leer a Blanca es una ocasión de volver a disfrutar auténtica calidad.