Ropa de casa

Interesantes memorias del escritor Ignacio Martínez de Pisón, en las que se reflejan las venturas y desvenuras del autor para dedicarse exclusivamente a la literatura y los cambios en la sociedad española desde el final del franquismo.

 

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2024 Seix Barral Biblioteca Breve
297
978-84-322-4383-7

Edición en rústica, se lee con comodidad.

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Género: 
Libro del mes: 
Octubre, 2024

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Escribe Martínez de Pisón: "Me pregunto a quién, aparte de mí y mis allegados, pueden interesar estas páginas, que cuentan una vida en la que no han pasado demasiadas cosas". (...) "Un posible resumen del libro sería: niño en el Logroño de los años sesenta, muchacho en la Zaragoza de los setenta, aprendiz de novelista en la Barcelona de los ochenta" (pág.189).

Ignacio Martínez de Pisón nació en Zaragoza en 1960. Hijo de un militar fallecido prematuramente, cursó filología italiana en Zaragoza y concluyó sus estudios en Barcelona donde decidió dedicarse a la literatura. Como muchos de nosotros, Pisón había conocido la tranquilidad y las oportunidades del franquismo, la ilusión de la transición democrática y, evidentemente, la época actual de la cual no llega a hablar, que podríamos llamar del desengaño.

Del autor yo había leído "Enterrar a los muertos" (2005), un relato histórico acerca de los manejos del Partido Comunista durante la Guerra Civil española (1936-1939), un libro sólido, una tesis que ya había puesto por escrito George Orwell y un interesante trabajo de investigación, es por lo que me he decidido a leer "Ropa de casa" (2024), una obra tan distinta. Se trata de una suma breve de recuerdos, curiosidades que se ponen por escrito para que no sean arrastradas por la desmemoria.

De este libro lo que más me ha gustado ha sido el recuerdo de tantos escritores que el autor llegó a conocer en Barcelona, de los que yo jamás había oído hablar, gente extravagante en general. Barcelona era en aquella época el centro cultural de España, porque allí estaban radicadas las editoriales y los agentes literarios. Pisón afirma haberse formado literariamente leyendo a los autores del boom de la literatura iberoamericana, muchos de los cuales pasaron por la capital catalana.También me ha gustado enterarme de los mil trabajos que tuvo que realizar el autor para sobrevivir económicamente.

Sobre el resto de las cuestiones no hay nada original. Resumamos: Si los padres del autor habían vivido cómodamente durante el franquismo el retoño es izquierdista; si habían sido religiosos y hay un tío jesuita, el autor contraerá matrimonio civil en un oscuro registro de Barcelona; si Ignacio pertenece a una familia amplia, que contaba con cinco hijos cuando falleció el progenitor, en su matrimonio Martínez de Pisón solo menciona a dos. En fin, lo corriente, lo moderno.

En ocasiones me he preguntado por qué ha resultado tan fácil a las últimas generaciones dar el salto del cristianismo al socialismo (a la izquierda en general), y creo que la respuesta está en que ambos defienden un mismo objetivo: ayudar a aquellos que lo necesitan. La diferencia está en que el cristianismo exige a sus fieles que hagan renuncias personales para ayudar al prójimo, en tanto que la izquierda exige esas mismas renuncias a los que llaman los ricos. No cabe duda de que esto último es mucho más cómodo y en apariencia proporcionará los mismos resultados. Se puede ser socialista y poseer un buen patrimonio, pero en ese caso se es un socialista teórico, igual de fácil que ser un cristiano teórico.

Leyendo a Martínez de Pisón se nos ocurre que un escritor ha de reunir dos características: Tener algo que contar y saber hacerlo. Se puede ser escritor y no tener nada interesante que relatar, es lo que se pregunta el autor: "A quién pueden interesar estas páginas"; al fin y al cabo todos hemos tenido infancia, hemos atravesado la adolescencia y tratamos de sobrevivir dignamente. El segundo requisito hace referencia a la emoción que debe suscitar el texto.

Cuenta el autor que, aún joven, leyó la trilogía carlista de Valle-Inclán, donde "descubrió que había una emoción que no brotaba del destino de los personajes sino del modo de exponerlo" (pág.60), y que entonces decidió ser escritor. Si el que escribe no es capaz de suscitar en sus lectores algún tipo de emoción, cualquiera que sea, entonces simplemente aburre. Puede ocurrir que sea fácil de leer y Martinez de Pisón lo es, no es poco y el lector lo agradece.

 

Imagen de cattus

Interesantes memorias del escritor aragonés, afincado en Barcelona desde 1982. Con un estilo cuidado y claro, recuerda la infancia, la adolescencia, la  vida universitaria y los intentos de publicar hasta poder dedicarse a la creación literaria de modo exclusivo. Los ambientes culturales de Zaragozxa, Barcelona y Madrid, sobre todo, el contacto con otros escritores, lo que da pie a amistades, pero también a reticencias y desencuentros, el papel de los editores, etc. No hay ningún tipo de arrogancia y sí mucha gratitud por lo vivido. Refleja también los cambios en la sociedad española desde finales del franquismo hasta ahora con sus luces y sus sombras. Aunque de familia cristiana, su punto de vista parece más bien agnóstico, aunque respetuoso. Luis Ramoneda