La última escapada

Nathaniel Delaney dirige un modesto periódico local, muy incomodo para el poder establecido porque denuncia, incansable, la deriva del Gobierno hacia un disimulado totalitarismo que impone a todos los niveles, incluso en la escuela, una ideología de apariencia benéfica. Cuando las autoridades del país decidan eliminar este foco de disidencia, la vida de Nathaniel y sus hijos experimentará una tensión imprevista , un acoso brutal que pondrá a prueba la solidez de los laozos familiares, de la amistad y del amor, obligándole a encontrar la verdad sobre sí mismo. Será el momento de tomar decisiones difíciles, tal vez dramáticas.

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Imagen de JavierCanals

Nueva novela de corte distópico de Michael D. O'Brien, escritor autodidacta de orientación cristiana, que combina una defensa abierta, casi apologética, de una serie de valores, con una escritura ágil, tramas ágiles y buena escenificación. Este libro tiene la particularidad de que los síntomas distópicos están datados en nuestros días, en un país real existente, con leyes y pautas sociales reales.
El libro recurre al principio del "manuscrito encontrado" para narrar en primera persona la historia de Nathaniel Delaney. Este periodista dirige una modesta revista local para suscriptores, fundada por su madre, muy incómodo para el poder establecido. Sus páginas denuncian, incansablemente, la deriva del país hacia un totalitarismo globalista de izquierdas, que intenta imponer a todos los niveles una ideología aparentemente "benéfica" para los interesados, aplicándola de forma despiadada e implacable, incluso en los colegios. Entre otros factores, se trata de ideologías de tipo gender y woke, una sexualización temprana de los niños, la exclusión de los criterios de los padres, etc. Nathaniel intenta educar a sus dos hijos mayores —el hijo pequeño vive con su madre, que se separó de él un tiempo atrás— para que hagan frente a esta indoctrinación, con lo que origina un ataque frontal contra él y su familia en el colegio y en otros entornos. Para evitar la cárcel o un internamiento incierto y la separación de sus hijos, no le queda más opción que intentar huir.
La novela combina una trama relativamente corta con recuerdos de Nathanael, conversaciones con amigos y parientes, y la intervención de una familia de refugiados vietnamitas, que comparte su visión de las cosas debido a su propia experiencia bajo un régimen totalitario.
Como otros han apuntado, O'Brien es un escritor peculiar, no siempre fácil de digerir. No obstante, pese a la visión apocalíptica y negativa, me parece una novela interesante, más para reflexionar que para disfrutar. 

Imagen de guileto

Quiere presentar la lucha de la libertad en la educación y los valores frente al estado totalitario moderno. Es un loable intento, uno más de los que ha perseguido este escritor, de mostrar la lucha del bien y el mal, la fe cristiana frente al liberalismo. Pero me parece que cae en los mismos defectos que en la novela El Padre Elías. Los personajes son realmente extraños, rozando la degeneración y la paranoia. Incluso el sacerdote que aparece al final resulta una especie de extraterrestre que no se sabe qué pinta en el paisaje. Creo que no acierta por no entender aspectos básicos del cristianismo y del Concilio Vaticano II. Es excesivamente confesional en sus pretensiones y argumentación, y a la vez parece querer salir de ese esterotipo presentando personajes que no viven su fe, no practican, son un desastre en su trabajo, vida familiar, etc. Al leer esta novela se tiene la sensación de tener entre manos un libro "excesivamente cristiano" que pretende disimular tal calificativo. El resultado final es un tanto desesperanzador.