La Celestina

La Celestina es una de las primeras y más importantes obras del humanismo español, considerada como precursora tanto en el teatro como en la novela. Es, sin duda, una obra universal y en ella convergen las corrientes medievales y las renacentistas, pero no hay nada que se le iguale en la literatura anterior y posterior.
El eje central sobre el que gira la obra es el amor. Se trata de una conquista de y por amor, amor que de una manera u otra va a afectar a todos los personajes.

Para Calisto el amor lo es todo, es pasión violenta y casi una religión; es un amor claramente cortés, donde ella es la señora y él es su siervo. Para los criados, Sempronio y Pármeno, el amor es un mal y una fuente de negocios. Y para Celestina el amor es una fuente de vida, pues ella fue alcahueta y prostituta.

Frente a todo esto tenemos la actitud de Melibea. En ella hay dulzura y suavidad pero también perfidia y doblez. Ella se muestra curiosa por Calisto y poco a poco celestina la vence en un juego psicológico.

El amor va unido indefectiblemente a la idea de la muerte. Siguiendo la tradición de los Cancioneros, cuando todo parece más feliz comienza la tragedia de la muerte. Por ello todos los personajes se aferran al goce de la vida y disfrutan en un repetitivo carpe diem, porque la vida es corta y fugaz.

Estamos, posiblemente, ante la segunda obra más importante de la literatura española, cuyas páginas deben ser leídas por todo amante de la literatura y cuya lectura recomiendo ya que os hará pasar un rato muy entretenido.

"La Celestina" es la obra capital del siglo XV y una de las más sobresalientes de nuestra literatura; es, también, una obra cargada de problemas en torno a su composición: el principal concierne a la unidad o pluralidad de sus autores. No obstante, la paternidad de Fernando de Rojas sobre una gran mayoría de la obra es incuestionable, pero continúa en pie la duda de si es, también, el autor del Acto I.
El modo habitual de acercamiento a "La Celestina" ha sido el del estudio de sus personajes; todos ellos están trazados por el poeta con aguda penetración psicológica y tienen un doble estilo de lenguaje: Calisto y Melibea utilizan un lenguaje culto, mientras que el de los criados y celestina es popular, vivaz y callejero.
Es esta una obra carente de claros precedentes en la literatura hispánica; es una obra formalmente agenérica, a caballo entre el drama y la novela moderna, siendo irrepresentable debido a la larga extensión del texto, pero cuya lectura apasiona al lector desde la primera página.