En La leona blanca, la anterior entrega de esta serie policiaca protagonizada por Kurt Wallander, habíamos dejado al entrañable inspector a punto de abandonar el cuerpo de Policía. Pero unas extrañas muertes, que recuerdan a ciertos casos que antaño quedaron sin resolver, lograrán arrastrar a Wallander a una vertiginosa aventura en la que confluyen una ambición sanguinaria y la corrupción de determinados círculos de la alta sociedad sueca.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2003 | Tusquets |
399 |
978-84-8310-253 |
Título original: Mannen som log. Traducción del sueco de Carmen Montes Cano. |
2008 | Tusquets Maxi |
476 |
978-84-8383-523 |
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Wallander lleva año y medio
Wallander lleva año y medio de baja a causa de una depresión que parece incapaz de superar; pero, cuando un abogado acude a él solicitando su ayuda y a continuación es asesinado, el inspector reacciona reincorporándose a la comisaría de Ystad para investigar el crimen.
La novela denuncia la delincuencia económica de alto nivel. Por sus características, el responsable recuerda el caso de Mario Conde en España: Un empresario hecho a sí mismo, dadivoso, doctor honoris causa por no-sé-cuántas universidades y orgullo de su país. Viaja en avión propio, en Suecia reside en un castillo con grandes medidas de seguridad, tiene caballos de carreras y guardaespaldas. Para él trabaja un abogado que conoce sus trapos sucios. Harderberg, que así se llama el empresario, goza de tal consideración que la Policía considera imposible que pueda ser responsable de un crimen.
Wallander señala: "Empezamos a encontrar delincuentes entre personas que, hasta ahora, habían sido ciudadanos impecables" (pág.156). Y añade: "En un tiempo todo era diferente, los delitos más transparentes, la moral más firme, la autoridad de la Policía incuestionable". Muchas veces nos hemos preguntado si existe una relación entre la pérdida de los valores religiosos y los valores morales y sociales. No es fácil responder a esta pregunta, pero es incuestionable que irreligión y delincuencia han crecido paralelamente.
Probablemente se trate de dos aspectos de una misma mentalidad materialista. Harderberg, el empresario que se enfrenta a a Wallander, dice de sí mismo: "Me encanta hacer negocios, ver caer a mis adversarios, incrementar mis posesiones y no verme en la necesidad de negarme a mí mismo nada en este mundo" (pág.381).
En conclusión, la novela es entretenida y mantiene la atención del lector. La figura de Wallander resulta cercana, pero el autor también resalta sus aspectos más penosos. Sin que venga mucho a cuento, Mankell menciona el fracaso en la investigación del asesinato del Primer Ministro sueco Olof Palme, ocurrido en 1986.
Como las anteriores, "El hombre sonriente" es una narración policíaca, apasionante y ágil, que subraya el lado humano del protagonista, las relaciones anhelos y angustias en el trabajo con sus compañeros de comisaría y su lucha contra la soledad personal. Se inicia con un Wallander derrotado anímicamente, tras haber causado la muerte fortuita de un tercero en el episodio narrado en la novela anterior y deprimido busca el alcohol y las malas compañías de prostitutas en dos alocados viajes charter a playas tropicales. Parece acabado, pero se recupera ante la atracción de su trabajo; en un nuevo caso que se inicia con el asesinato de un abogado de Ystad, tras el que parece vislumbrarse una complicada trama de crímenes de alta trascendencia, por ser perpetrados por un gran empresario, que se mueve en multinacionales de primer rango. Se trata, pues, de buscar las relaciones y pruebas implicatorias, ya que el asesino parece conocerse desde el inicio de la historia, a pesar de lo cual la tensión narrativa y la intriga no pierden un momento de fuerza a lo largo del relato. Todo ello, como en las anteriores novelas, está enriquecido con la propia historia de Wallander, sus luchas personales y profesionales por encontrar sentido a la vida y por encararse con el lado sucio de una sociedad y un sentido que necesita ser defendido para devolverle su esperanza y cotidiana grandeza.( de Ángel García Prieto )
Como en sus novelas anteriores, Mankell describe una sociedad muy de nuestros días. La trama de sus novelas es de intriga muy bien llevada sin caer en lo morboso. Muy bien escrita.
La novela tiene un ritmo al que ya nos tiene acostumbrado su autor. La forma de llevar la trama, de plantear el caso, de ir desarrollándolo, hace que vuelva a ser una novela original y que mantiene el interés a través de todo el relato. De nuevo nos encontramos con la sociedad sueca -en esta novela quizá se ve menos que en las anteriores- en la que tristemente unos personajes con muy pocos puntos firmes en su existencia y con muchas preguntas sobre la vida nos ayudan a plantear mejor el sentido de la existencia y la necesidad de auténticos valores para no sentirse vacios, huir de la soledad egoísta y descubirir el secreto de una vida feliz